El asunto es que es muy difícil hablar de filosofía trascendental en un tiempo en que lo trascendente parece tan abarcado por la física teórica y la lógica matemática (las dos ramas más avanzadas y complejas del pensamiento científico) que cada vez que hablamos del universo podemos chocarnos con alguna refutación de parte de estas disciplinas. Esto es más que interesante puesto a que partir del siglo XX y por primera vez en la historia del pensamiento la metafísica y la ciencia avanzada se tratan de lo mismo.
A lo largo de la historia, la ciencia estudiaba fenómenos naturales y a partir de ellos llegaba a conclusiones y leyes generales que implicaban básicamente fenómenos perceptibles por el ser humano más o menos instruido mientras que la metafísica se ocupaba de desentrañar los más profundos enigmas existenciales como la esencia del ser o el problema de la verdad, pero a partir de el siglo pasado (a los hombres de los noventa nos cuesta creer que somos gente del siglo pasado) la física teórica primero y la lógica matemática después empezaron a preocuparse por asuntos que hasta ese momento solo le habían interesado a la metafísica, nos referimos inicialmente a la controversia entre Einstein y Planck (a la que ya nos referimos en este mismo blog en la entrada "Los dados de Dios") y luego al principio de incertidumbre y los teoremas de incompletitud de Kurt Gödel. A partir de estos hechos científicos la ciencia más avanzada y compleja se empezó a ocupar y dilucidar los problemas referentes al destino (la discusión entre Einstein y Planck sobre el asunto del determinismo en física), la imposibilidad de llegar a la verdad debido a que la observación afecta lo observado (el principio de incertidumbre derivado del átomo de De Broglie y la relación de indeterminación de Heisenberg) y los límites lógicos de todo sistema analítico-deductivo (Lor teoremas de incompletitud de Gödel).
Todo esto viene al caso puesto que en la anterior entrada de este blog nos acercamos un poco a la idea de que el mundo es un continuo y que toda discrecionalidad en construida, esto probocó el comentario de el Tio de Onetti (célebre y prestigioso blogger) sobre el problema de lo que él llamó "Zoológico de recipientes de individualidades discretas", es apartir de esto, y de la brebe reseña de la historia de la ciencia que hemos realizado más arriba que llamo la atención sobre el problema que se nos presenta cuando siguiendo a la filósofía más subjetivista y el espiritualismo panteista llegamos a la idea del universo como continuo del que las individualidades percibidas no son sino máscaras (según la filosofía oriental) o simples convenciones realizadas por el hombre para ponerse de acuerdo consigo mismo a la vez que siguiendo a la física teórica de la teoría cuantica y sus herederas teorías de cuerdas llegamos a una mínima unidad (en escencia ontológica) discreta.
La cuestión es compleja y de imposible reducción a una sentencia solución pero justamente ahí radica su valor, no tiene ninguna gracia hablar de verdades, el pensamiento es conflicto, dialéctica, paralogía, agón.
P.d.:Para terminar quiero decir que si bien la teoría cuántica es genial por muchas cosas, tal vez su mayor logro es el de resolver la paradoja insoportable por pedante de Aquiles y la tortuga puesto que si todo es en escencia discreto va a llegar un momento en el que la distancia entre Aquiles y el popular reptil sea una distancia mínima que no tiene mitad, momento tras el cual Aquiles alcanzará a la tortuga y los sofistas de boliche se van a dejar de joder. Esto puede parecer matemáticamente imposible pero no lo es si trabajamos en un sistema lógico-matemático definido solo para números naturales más el cero (esto es algo totalmente común en la matemática deductiva) en el que la progresión numérica corresponda a la progresión de a una en cada una de las unidades mínimas discretas.
Larga vida al finado don Max Planck