jueves, 31 de diciembre de 2009

Principio de negación del individuo

Resulta que un amigo mio (al que solo para darle un mote le diremos Carlos) tiene dos correos electrónicos, uno se lo había hecho hace tiempo y era mediop pajero, no podía usarlo para el trabajo así que cuando empezó a laburar se hizo otro en el mismo servidor, es que es un servidor bastante bueno, el mismo que uso yo. Pero la mayoría de sus amigos seguían escribiéndole a el primer mail por lo que nunca lo dejó de usar y de hecho a sus nuevos amigos les daba ese pues era el que usaba para cosas medio boludas, entoces a veces chateaba con uno y otras veces con otro. También esrcibía poemas con seudónimo así que se le ocurrió hacer un blog donde publicarlos y para eso se hizo otro mail con el nombre que usaba de seudónimo. Hasta que un día estaba en su laburo chateando con un amigo por el mail boludo en el PC y se acordó que necesitaba revisar algo en el mail que usa para trabajar pero no quería cerrar el mail con el que estaba chateando pues estaban teniendo una chateda muy amena así que le pidió el PC a un compañero de trabajao que no la estaba usando para revisar eso. Cuando accedió al correo se dio cuenta de que entre sus contactos disponibles para chatear estaba su amigo, así que aprovechó para seguir chateando por ahí mientras hacía lo que tenía que hacer, pero entonces se dio cuenta de que también podía chatear consigo mismo, eso le causó gracia y comenzó a hacerlo, escribía alguna boludez en una máquina y se contestaba con la otra, también empezó a hacer eso con su amigo y este lo tomó como un chiste. Pero no fue hasta que con la laptop se conectó en su tercer mail (el del seudónimo) y comenzó una conversación de a tres consigo mismo que se dio cuenta de las implicancias del asunto. Ahora ya no era uno, nisiquiera era como pretendía el psicoanálisis fruto de un conflicto bipartito entre el deber ser y el querer ser, no, ahora se dio cuenta gracias a la tecnología que era realmente tres y que si se lo proponía podía perfectamente ser muchos más, pero no en un modo metafórico, en un modo empírico y tangible, sus amigos podían darse cuenta de que realmente era tres y verificar esa condición ante los incrédulos que descreyeran de la tan magna verdad que Carlos (sigamoslo llamando así) había descubierto una tarde de octubre (como en toda revolución que se precie de tal) cuando mientras chateaba con un amigo se le ocurrió ver una porquería de su trabajo.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Transformers atacan Uruguay

Cuando hace un par de años se estrenó en las salas urugayas la película Transformers basada en la serie de dibujos animados (una de las series con los peores argumentos que se han hecho, solo impactaba por los robots que se tranformaban en autos y esas cosas, una muestra deprimente de lo histérico sublime) toda la crítica (y no solo la más intelectual sino incluso la crítica medio pelo y populachera) coincidieron en que eara una de las peores películas de los últimos años, una troja de efectos especiales sin siquiera una pizca de pensamiento, filmado tal como algunas publicidades o los videoclips de los artístas pop la película era algo así como lo más opuesto a El acorazado Potemkin que se haya hecho jamás ¿montaje antiideológico se podría decir? yo creo que si, aunque en realidad en ningún momento fue una práctica de montaje, el montaje supone una operacíon hermenéutica de parte del espectador y en esta película no había posibilidad alguna de esa operación, pura apariencia sin ningún sentido por el que hurgar, una muestra más de la perdida de profundidad hermenéutica de la que habla Jameson pero llevada a niveles insospechados pues en este caso se desvancen incluso muchas de sus categorias en tanto cine y tan solo quedan los vestigiós digitales de una forma de pensamiento ideológico que ya muere pues en la sociedad de la información ya no está permitido pensar y menos aún si ese pensmiento conlleva alguna posibilidad de articulación con lo social.
Es de ese modo que esa basura de película que fue justamente acribillada por la crítica desembarcó de repente en Uruguay de la mano de un cortometraje que se vendió con una mentira, una mentira atroz pues se dijo que era un cortometraje que haía salido 300 dólares cuando en realidad se filmó y editó con equipos que no bajaban de diez o quince mil dólares, entonces salió ese cortometraje sobre robots que atacabn Montevideo filmado tal como Transformers y resulta que de repente es bueno y se le presta tanta o más atención que por ejemplo a Mal día para pescar, película muy buena y hecha con mucho más trabajo, sacrificio y por supuesto talento. Pero además parece que al tipo que hizo esta película viene y lo contrata Sam Raimi para hacer una película en Estados Unidos y entonces resulta que nos olvidamos que este señor ha hecho algunas de las peores películas de los últimos tiempos (la saga Spiderman, Boogieman) y que lejos quedaron algunas participaciones no tan malas (la bastante digna Rápida y mortal y su participación como co-guionista de El gran salto de los hermanos Coen). Entonces tratamos al director de la Transformers uruguaya (que no postearé porque bastante se ha visto por ahí) como a un procer del cine uruguayo, lo invitamos a nuestros programas y demostramos que en realidad todos somos la misma mierda y lo que queremos es que se reproduzca el negocio y no el arte o al menos el pensamiento, que somos uno de los países más chauvinistas del mundo y que a diferencia de lo que sucede en la argentina en donde los intelectuales (hasta los más medio pelo) reniegan del pensamiento de sus clases populares la intelectualidad uruguaya es decididamente populachera y ese discurso de sobriedad y de gusto por lo poético o lo artístico es solo una marca de esa supuesta reflexión que a diferencia de los argentinos tenemos los urugayos.
Terminando de descargar i enojo ante la nuva basura fílmica recomiendo a todos se vean una de Tarkovskii o alguno de esos que simpre resultan ser la mejor vacuna contra la mierda.