viernes, 22 de febrero de 2013

El ángel de la Historia y la Filosofía de la praxis


El ángel de la historia y el pasado reciente
   Allá por los años ´50, Theodor Adorno entendía imposible la poesía después de Auschwitz, "es un acto de Barbarie" decía[1]. Años antes y en sintonía con su maestro, Walter Benjamin nos hablaba en términos semejantes de la historia:

Paul Klee, Ángelus Novus
   Hay un cuadro de Klee que se titula Ángelus Novus. Se ve en él a un Ángel al parecer en el momento de alejarse de algo sobre lo cual clava su mirada. Tiene los ojos desencajado, la boca abierta y las alas tendidas. El ángel de la Historia debe tener ese aspecto. Su cara está vuelta hacia el pasado. En lo que para nosotros aparece como una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única, que acumula sin cesar ruina sobre ruina y se las arroja a sus pies. El ángel quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero una tormenta desciende del Paraíso y se arremolina en sus alas y es tan fuerte que el ángel no puede plegarlas… Esta tempestad lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro, al cual vuelve las espaldas mientras el cúmulo de ruinas sube ante él hacia el cielo. Tal tempestad es lo que llamamos progreso.[2]

   La catástrofe es inefable, no podemos entenderla y por lo tanto somos incapaces de aprender algo de ella, solo podemos movernos irremediablemente hacia el progreso. Por eso, los uruguayos no somos capaces de elaborar una filosofía política del terrorismo de estado[3].
   En el umbral de la llamada "recuperación democrática", la izquierda organizada y las organizaciones sociales comenzaron su proyecto de análisis sobre los años del terrorismo de estado. El proceso fue arduo y doloroso ya que salieron a la luz más de quince años de atrocidades, nuestro Auswichtz, nuestra catástrofe. Entonces la izquierda, como el Ángelus Novus, intenta despertar a los muertos y recomponer lo despedazado, pero no puede hacerlo ya que el progreso la obliga a ir hacia adelante, hacia logros tangibles, hacia la realización progresista a la que llamamos triunfo electoral. Esa tempestad llamada progreso no le permite plegar sus alas, por ello, el ángel no puede levantar vuelo para ver el pasado, solo ve la catástrofe, esa cosa amorfa e inexplicable, ese acontecimiento único, sin causalidad alguna.
   Quizás por eso la izquierda se abocó a la consolidación de la democracia, a la defensa acérrima de los derechos humanos[4], a la construcción de un estado de cosas que haga irrepetible la catástrofe, estado de cosas que solo podía construirse a partir de ese progreso, esa tempestad. Pero el ángel no puede volar, la propia tempestad que lo impulsa hacia adelante no se lo permite, por eso no puede ver más que la catástrofe amorfa, sin causalidad posible, por eso no puede evitar la catástrofe, porque no la entiende.
   Así, nuestras expectativas posterrorismo se vieron definidas en gran parte por la incapacidad del ángel de ver hacia atrás, de entender la cadena de acontecimientos, la causalidad histórica de la catástrofe.

La causalidad de la historia y el pasado reciente
   El panorama previo al terrorismo de estado era bastante complejo, existía una lucha interna en la clase dominante entre el viejo modelo batllista eminentemente político y en decadencia y el nuevo modelo tecnocrático monetarista en lento ascenso en todo el mundo.
   Pero a su vez, la clase dominante tenía un enemigo externo bastante peligroso, los movimientos revolucionarios[5] de izquierda, más que nada urbanos y de acumulación de fuerzas, el Partido Comunista, el Partido Socialista y la CNT entre muchos otros. La respuesta histórica de la derecha a estos fenómenos era muy simple, las políticas batllistas[6] tenían la capacidad de evitar la acumulación de fuerzas mediante la desmovilización de una clase media conformista formada en base a los recursos del estado y el fomento a una actividad industrial autóctona, de esta forma, la pobreza y la explotación no desaparecían, pero la mayoría de la clase trabajadora mantenía niveles de confort verdaderamente desmovilizantes. Pero estas políticas tenían un problema, en el largo plazo trancaban el crecimiento y la acumulación.
   La respuesta a estos problemas de crecimiento la trajo la escuela austríaca, ellos vieron que mediante la financierización de la economía y la monetarización de la economía política se generaban recursos nuevos sin necesidad de grandes inversiones, así el proceso de acumulación se aceleraba sin necesidad de dar concesiones a los trabajadores. Pero el financierismo monetarista generaba un nuevo imperativo, era primordial controlar la inflación que, en un panorama de sueldos altos, se disparaba al menor tambaleo, por eso el estado asume el control de los salarios privados y la reducción del gasto público como forma de controlar la inflación. De este modo, las fuerzas de la izquierda asumieron una posición más combativa a la que el estado tecnocrático respondió de un modo que el estado batllista difícilmente hubiera usado, la represión sistemática y directa de parte de los aparatos represivos[7].
   Esta violencia explícita de parte del estado, más la desgracia del estatismo postbatllista, fueron un empuje para la acumulación de fuerzas y la clave para entender la formación del Frente Amplio en tanto coalición de las fuerzas de izquierda y los últimos resabios de batllismo progresista.
   Así, ante la posibilidad real de que un gobierno que estuviera integrado por las fuerzas revolucionarias de izquierda, y ante las nuevas reformas necesarias para aumentar la acumulación capitalista, reformas que iban a ser rechazadas electoralmente por el grueso de la población y que luego fueron nombradas como neoliberales, el estado tecnocrático debe recurrir a métodos extremos, métodos recomendados por las mismas instituciones que habían fortalecido el monetarismo en América Latina. Básicamente, para poder instaurar el monetarismo como única forma de gestión macroeconómica y que necesariamente exigiría de políticas neoliberales[8], era necesario que estas prácticas no pudieran ser puestas en duda electoralmente, era necesario imponerlas a fuerza de terrorismo de estado y dictadura cívico-militar.

Filosofía de la praxis y pasado reciente
   Entonces, once años después del golpe de estado y más de quince desde el comienzo del terrorismo de estado, la izquierda se abocó a su reconstrucción. Tal como el Ángelus Novus debía "despertar a los muertos y recomponer lo despedazado", esto es, liberar a los compañeros presos, repatriar a los exiliados, averiguar qué sucedió con los muertos y recomponer su ideología. Pero la tempestad arrastra a la izquierda hacia el progreso, la obliga a avanzar hacia el gobierno nacional y, por más que no pueda dejar de mirar hacia atrás y rememorar sus viejas glorias y agonías, no puede volver sobre ellas, no puede pensar su pasado porque, al no poder levantar vuelo, lo único que ve es la catástrofe.
   Así, la izquierda uruguaya hoy solo sabe recordar a sus muertos, conmemorar la catástrofe, pero no puede entender la serie de hechos que la desencadenó, no puede poner en duda los imperativos que ella ha instalado en todos nosotros[9] porque no puede entender su relación con la catástrofe.


[1] Prismas, la crítica de la cultura y la sociedad (1951).
[2] "Tesis IX" en Tesis sobre la filosofía de la historia (1940).
[3] No se me ocurre una forma mejor de nombrar lo que sucedió entre los colegiados blancos y el fin de la dictadura cívico militar.
[4] No creo pertinente discutir aquí sobre la construcción burguesa de los derechos humanos, en todo caso creo que se puede estar de acuerdo en que hay ciertas cosas que deberían ser imperativos morales universales, por más que no le guste a la crítica de la moral.
[5] Uso este término con amplitud, en estas condiciones considero revolucionario a cualquier movimiento que planteara un cambio radical en la estructura de la sociedad, sea este por la fuerza o no.
[6] Es imposible negarle a Batlle y Ordóñez su visión, a principios del siglo XX, hizo lo que Keynes y Roosevelt harían unos veinte años después.
[7] El MLN fue un factor marginal en las políticas represivas, el grueso de las prácticas del terrorismo de estado fueron orientadas a movimientos no armados como el PCU, el PVP, los GAU o el sindicalismo.
[8] De hecho, una vez que aceptamos los postulados del monetarismo y que entendemos el control de la inflación y el crecimiento del PBI como únicos objetivos de la Economía Política, el neoliberalismo, o sus diferentes moderaciones, es la única forma de lograr el éxito económico.
[9] Sean estos el monetarismo, el crecimiento económico, la democracia burguesa representativa y massmediática, la propiedad privada o cualquier otro.

lunes, 18 de febrero de 2013

Cucuzú e Inthamoussu, las dos caras de la pelotudez uruguaya

   Pasado el romance con la celeste los uruguayos nos dedicamos a buscar un nuevo deporte nacional, y encontramos uno precioso, y muy acorde a nuestros tiempos de rebeliones virtuales, la indignación. Desde que tres estúpidos mataron a patadas a una perra para después subir el video a internet parece que lo único que puede hacer el uruguayo es indignarse, y si expresa su indignación por medio de algún medio digital mejor.
   Hace unos días explotó la indignación por la paliza que unas estúpidas le dieron a una muchacha, indignación que sería comprensible si no fuera porque por momentos tomo aires supremacistas negros y ridiculismos intolerantes de parte de los profesionales de la tolerancia, luego nos indignamos facilísimo cuando vemos una frase que no nos gusta en el diccionario y armamos una movida pelotuda para eliminarla mientras los negros, homosexuales y blancos pobres siguen teniendo que esforzarse el doble para conseguir un trabajo de mierda, y ahora parece que al bailarín Martín Inthamoussu le indigna la "hipocresía de una antigua y falsa Suiza de América", o al menos eso dice en una carta que circuló en estos días.

   Esto surge a partir de un personaje bastante pedorro que hace Cucuzú (conocido humorista pedorro de nuestro carnaval) llamado Gayman, una especie de superheroe gay que anda por ahí vestido de rosado y sosteniendo falos. Digamos que es algo de mal gusto, pero eso no debería parecernos raro, históricamente el carnaval ha dado este tipo de espectáculos feos y prejuiciosos, es que a fin de cuentas de eso se trata la llamada cultura popular. Digamos que el carnaval se ha burlado sistemáticamente de los gays, los gallegos, los gordos, los judíos, los estadounidenses, Jorge Batlle y una interminable lista, y si tuviera que adivinar diría que el 99% de las veces lo ha hecho con mal gusto.
   Es raro que esa indignación hacia el carnaval haya surgido por un personaje marginal como es un "actor" de una de las categorías menos relevantes del concurso y no de una discriminación institucional como fue la no clasificación de la revista Krisis por la inclusión en un espectaculo de un beso entre dos mujeres. Es raro porque además trascendió un video difundido por la misma revista en la que muestran reacciones de burla y sorna de parte del jurado mientras el conjunto estaba actuando en la prueba de admisión.
   Pero como a Krisis no lo conoce nadie, a nadie le importó.

   Al respecto de la violencia discriminatoria, a Inthamoussu le indigna que "el pueblo uruguayo y sus clases hegemónicas ha permitido que esto suceda y se horroriza cuando sucede". Me llama la atención la apelación a las clases hegemónicas, calculo que se refiere a una burguesía que ha diseminado una hegemonía, es decir un consenso espontáneo entre el pueblo uruguayo logrando que este sea intolerante ante todo aquello que no se considera normal, bueno, en eso podemos estar de acuerdo.
   Al parecer (la verdad que no miré el desfile de carnaval, la vida es demasiado corta), Cucuzú desfiló por 18 con bananas en las manos "burlándose de una identidad sexual", y si, la verdad que es algo bastante de mal gusto y refleja bastante "la concepción machista y heterocentrista que se tiene vulgarmente del gay", pero de ahí a comparar esto con una paliza que unas imbéciles le dieron a una muchacha a la salida de un boliche me parece que se nos va la mano.
   Además, este chico dice que las personas de C4 (conjunto al que pertenece Cucuzú) "viven en el placer de sus clases hegemónicas", por favor, está hablando un bailarín de ballet y performer, dos formas claras de arte de las clases hegemónicas, en el caso del ballet, placer de la aristocracia (más agonizante que la agonizante iglesia católica de la que se queja Inthamoussu), y en el caso de la performance, placer de la burguesía. A mi puede gustarme el ballet (la performance no tanto), como también la ópera o el jazz, pero eso no quita que sean formas que, hoy día en Uruguay, son placer de las clases dominantes.
   Por su parte, los humoristas de carnaval son burdos, obvios y poco inteligentes, de mal gusto, sin refinamientos ni amaneramientos propios de las formas de las llamadas "clases hegemónicas", son de hecho placer de las clases dominadas, del lumpenaje.

   Más adelante en su carta, Inthamoussu aclara que "La falta de respeto absoluta por las minorías ya tiene que llegar a un fin en este país. No es por Tania, no es por el colectivo LGTB, no es por una persona con obesidad mórbida, es por todos y cada uno de los uruguayos. Construir un país donde los ciudadanos seamos de la misma categoría. No divididos en ciudadanos de primera y de segunda. No divididos entre burlados y burladores."
   Me causa un poco de gracia y otro poco de molestia la identificación entre ciudadanos de primera y de segunda que hace Inthamoussu. De hecho, la difusión que se le dio a esta carta demuestra que él es un ciudadano de primera (o al menos de una categoría más alta que la mayoría de la gente) así como la difusión que se le dio a la paliza que le dieron a Tania demuestra que ella también lo es[1], si quien hiciera esta carta fuera un travesti de las pensiones de Maldonado y Yaro y no un reconocido bailarín o si quien hubiera recibido la paliza hubiera una plancha de Colón y no una intelectual orgánica del progresismo asistencialista, casi nadie les hubiera dado pelota.
   También me pregunto qué pasará con la paliza que cinco guardias de seguridad de un boliche de Atlántida le dieron al ex bajista de Hereford Frankie Lampariello por el solo hecho de ir caminando por la vereda del boliche con una pinta que al patovica no le gustó, me pregunto si saltará el colectivo "roqueros, grandotes de pelo largo y barba" (al que debo admitir que pertenezco), calculo que no, o al menos que no lo haremos como tal sino como simples personas a las que nos parece espantoso que varias personas surtan a palos a otra por el simple hecho de que no les gusta su pinta, su color de pelo o el cuadro del que es hincha.

Pero el momento más gracioso de la carta es cuando este muchacho habla de los sentimientos que esto le despierta, "me subleva y me incita a la rebelión" dice, y luego que "es la obligación de todos defender un Uruguay progresista e igualitario". Que interesante, un tipo vinculado, al menos levemente, al proyecto de los recientes gobiernos progresistas se subleva y rebela cuando un triste y patético comediante hace unos chistes malos, que sin esta carta estarían condenados al olvido, y no cuando ese país progresista que Inthamoussu quiere que defendamos permanece inmóvil ante la constante desintegración de la sociedad, que mira pasivamente como en este país se dividen cada vez más los de primera que tienen derecho a la educación de calidad, a viajar por el mundo adquiriendo experiencias y conocimientos, a tener trabajos gratificantes y a ser escuchados por la sociedad y los de quinta que con suerte podrían hacer un cursito de inserción laboral del MIDES, que con suerte se pueden pegar un viaje al centro, que están condenados a trabajos de explotación y vulnerabilidad y que si, a su manera, se quejan o tienen conductas contra-hegemónicas, son cagados a palos por la policía que los considera delincuentes por vivir en el Marconi o andar de gorra levantada.

   La verdad que no conozco mucho del trabajo de Inthamoussu, solo he visto algunas muy buenas actuaciones como bailarín y leí un par de sus feos poemas, pero si lo conozco por otra función que cumple en la sociedad, panelista de Esta boca es mía, es decir intelectual orgánico de las clases dominantes.
   Me extraña por lo tanto que este muchacho se subleve tan fácil cuando Cucuzú, un comediante pedorro que no caga a nadie, se viste de rosado y anda con falos en las manos haciendo chistes bobos y no se subleve en lo más mínimo cuando la idiota de Victoria Rodríguez se pregunta ¿como hace la gente para vivir en Colón? No solo no se subleva ante tal acontecimiento discursivo de parte de una de las más importantes voceras de la oligarquía montevideana sino que a pesar de esa ingenua y estúpida incomprensión de parte de quien no debe salir de los "barrios lindos" sin guardia, acepta participar de ese estrado oligárquico, intolerante, clasista, por momentos fascista y siempre estúpido al que llamamos Esta boca es mía.
   La boca bien puede ser suya pero las ideas que por ella son expresadas son bien de las "clases hegemónicas" de las que se queja Inthamoussu.

   Y es que a fin de cuentas, a Cucuzú un poco de razón le cabe cuando se pregunta "¿De qué nos vamos a reir? ¿De las gallinas?". Es decir, el humor se trata de romper algo que no debería romperse, de poner algo donde no va diría Schopenhauer, y si se sale de estas formas se convierte en cliché, en Tinelli jodiendo al gordo Larry de Clay cada vez que pierde Boca, en el Piñe haciéndose pasar por estúpido (por más estúpido), en Leandro Lagos e Ignacio Alcuri riéndose de lo malo que son los chistes que ellos mismos escriben y por los cuales los contribuyentes montevideanos pagan. Esto no significa que todo el humor deba partir necesariamente de una burla, pero si debe partir de que se rompa, voluntaria o involuntariamente, una regla. No hay nada gracioso en un bebé que hace un provechito, pero si a un conductor de informativo, después de tomarse un vaso de bebida refrescante sabor cola durante el corte, se le escapa un eructo durante el anuncio de la muerte del Papa entonces se produce algo muy gracioso.

   A fin de cuentas, la gracia de decir "culo" o "mierda" no es que sean fonética ni ontológicamente graciosas sino que no se pueden decir porque las viejas se van a molestar, su gracia reside en cierta condición social que las hace justamente "malas palabras", si dejaran de estar mal vistas ya no tendrían gracia y se convertirían en palabras neutras como son "recto" o "heces" (sobre esto recomiendo ver un notable capítulo de South Park). No en vano aun recordamos aquel "oligarca puto" que el "eme-pepista", entonces diputado y hoy vicepresidente de la ANP, Juan José Domínguez le gritó al Cuquito Lacalle Pou como un gran momento de la comedia involuntaria uruguaya, no porque Lacalle sea homosexual, no porque a alguien le sorprenda que sea un oligarca, tampoco por el genial "vení que te reviento la cabeza" con el que Domínguez preludió el insulto, no, claro que no, fue porque es muy gracioso ver a un viejo tirándole una piña a un joven hijo de un expresidente portando tan bizarro grito de batalla y para mejor que todo sea en medio de nuetro máximo templo democrático y ambos sean representantes democráticamente elegidos para llevar adelante la noble y magna tarea de definir nuestros destinos como nación.

   Me parece que a Inthamoussu se le dieron vuelta los cables, se pensó que el ballet y la performance son el arte de la emancipación de los pueblos, confundió a Cucuzú con Victoria Rodrígez y se rebeló ante un mal chiste en lugar de hacerlo ante el sistema generador de miseria al que él llama país progresista. Es por lo tanto, y al igual que Cucuzú, un pelotudo.

   Y ahora ríanse sin culpas.



[1] Basta con prestar atención a las varias ocasiones en las que nadie le da pelota a violencias igual o más discriminatorias, en este momento me viene a la cabeza una paliza que le dieron en un boliche a un inmigrante africano solo por ser negro, paliza que lo incapacitó para trabajar ya era modelo y quedó desfigurado y ahora solo puede hacer changas en la construcción (cosa que, debido a la paliza que recibión no debería hacer), recuerdo que en su momento nadie dijo nada (excepto unos pocos medios no hegemónicos) y que cuando su compañera intentó llegar al poder ejecutivo para que hicieran algo, el propio presidente Mujica desestimó el pedido.

jueves, 31 de enero de 2013

Sociología o la lógica académica del capitalismo tecnocrático


En la edición del 14 de diciembre de 2012, el semanario Brecha publica una entrevista de Salvador Neves a Felipe Arocena acerca de la discusión que se dio a partir de la ley de acción afirmativa (ver la nota acá), más allá del debate, que tomó ribetes de paupérrima parafernalia cuando se convirtió en dos horribles raps, y de la ley en sí, las palabras de Arocena me llevaron a pensar en otras cosas, en el multiculturalismo y la cuestión de clase, en el infantilismo de izquierda y el "adultismo" funcional, en la construcción del socialismo y la "cara humana del capitalismo" y sobre todo en esa porquería en la que los organismos internacionales, las universidades bien ranqueadas y el corporativismo académico han convertido a la Sociología.

La primer falla epistemológica en la que se está cayendo es en el uso de los eufemismos técnicos para hablar de los asuntos, sé que esto está ya bastante trillado pero me han hartado con decir "afrodescendientes"[1] en lugar de negros, "asentamientos" en vez de cantegriles (con toda la carga de ironía dialéctica que este término tenía) y "clase alta" en lugar de burguesía, dueños de los medios de producción o personificación del capital. Es que al parecer hay que evitar que las palabras tengan significado, llenémoslas de tecnicismo para que no signifiquen nada y podamos usarlas sin sentirnos mal. Pero esto lo entiendo, la tecnocratización del sociólogo que lo ha llevado tratar de entender la sociedad para mejorarla a administrar su desintegración del modo más estable es un fenómeno bastante más grande que Arocena y que la FCS a la cual él pertenece, exculpémoslo del pecado, por ahora.

Pero en un momento Arocena si cae en un error que le es propio, en la primer columna de la entrevista dice con total desparpajo que:
Estados Unidos es un ejemplo contundente de la movilidad social que estas políticas le dieron a los negros. Esto se ve claramente en la cantidad de afroestadounidenses que acceden a la universidad y la terminan, así como en el número de profesores negros que dictan clases en ellas.
Esta propuesta es de un grado de ridiculez que hasta da risa, parece que porque algunos negros acceden a la universidad o incluso a la presidencia del país todos los negros que si viven en la total exclusión social, relegados a los guetos y la delincuencia pudieran ser olvidados, como si el hecho que algunos negros logren bienestar o poder es una mejora en las condiciones de vida de su raza. Al parecer, si el secretario de estado de un criminal de guerra es una mujer negra entonces las cosas están marchando bien.
Esta inclusión selectiva en el marco del capitalismo (que es lo que a fin de cuenta son estas cuotificaciones) no es nueva, tal vez el caso más claro, y triste, sea el de Sudáfrica, donde cámaras empresariales popularizaron "una idea equivocadamente denominada ´empoderamiento económico negro´; equívoca porque hacía pensar en un mejoramiento socioeconómico de la población en general, cuando lo que buscaba era el enriquecimiento de la minoritaria clase capitalista negra"[2], mientras, y a la vista de todos, el apartheid racial demostró que en realidad era un apartheid económico ya que no importaba si había algunos negros millonarios (entre ellos algunos dirigentes históricos del ANC) mientras siguiera habiendo muchos negros que trabajen en condiciones muy parecidas a las anteriores a 1994 y sin la capacidad subjetiva ni objetiva de hacer una segunda revolución.

Recordemos que los negros llegan a América a para trabajar en las plantaciones, minas y algunos en trabajos de servidumbre, no llegaron porque culturalmente se les ocurrió, llegaron por un imperativo ontológico estructural, porque la colonia necesitaba mano de obra esclava que no podía encontrar en América (ya que los indígenas no soportaban algunos trabajos y se resistían a otros). Y no he visto en este Montevideo multicultural[3] un solo monumento al tremendo holocausto negro, será que hay que olvidar que los negros son descendientes de los esclavos que los padres de la patria trajeron a la fuerza.
Recordemos también que los esclavos son liberados porque era mejor negocio, no porque los blancos fueran muy buenos tipos sino porque ya a esa altura era más barato pagarle un salario de hambre que mantenerlo, porque el esclavo era un capital y como tal había que cuidarlo, había que asegurarse que esté bien alimentado y sano para que pueda trabajar. Pero si las condiciones de producción llevaron a que hubiera una masa de desempleados lo suficientemente grande como para que se forme un ejército industrial de reserva que haga más barato pagar salarios a la fuerza de trabajo libre que comprar y mantener esclavos, entonces es más negocio liberarlos. ¿O acaso Arocena cree que los industriales del norte eran más humanitarios que los terratenientes del sur? Las condiciones que ponía Lincoln a los inmigrantes irlandeses para ser aceptados (entre ellas ir a pelear una guerra que no era suya) es una muestra bastante clara de que no era justamente un humanista.

Otro momento interesante es cuando, respecto a las becas para la Universidad, Arocena dice que "debería pensarse establecer criterios afirmativos en el sistema de becas", es decir, Arocena propone quitarle las becas a los estudiantes pobres blancos para dárselas a otros estudiantes pobres pero negros, si esto no es el germen del fascismo no se qué será.

Más adelante, Arocena tiene una frase de una ingenuidad casi divina. "Lo único que el multiculturalismo intenta hacer es establecer ideas y marcos para que personas pertenecientes a distintas culturas puedan convivir, no apenas tolerarse, sino enriquecerse, integrarse, mezclarse." Hermoso plan de un multiculturalismo que parece una ONG, pareciera que el multiculturalismo es un programa explicito y no un fenómeno social que de hecho se da y al que se critica como fenómeno social y no como plan explícito, plan que a fin de cuentas no existe como tal más que en la cabeza de los tecnócratas bienpensantes de la gestión del "capitalismo de rostro humano".
El gran problema del multiculturalismo, y de ahí que la derecha histórica hable de su fracaso, es que ha demostrado no ser suficiente para generar una sociedad más justa, integrada y a fin de cuentas respetuosa. Todas las buenas intenciones de la socialdemocracia no fueron suficientes para lidiar con una situación que era más grande que ellos, los inmigrantes eran pobres y de países mayormente atrasados, no tenían mucha educación y para colmo llegaban a competir por los trabajos (siempre tan escasos) con el proletariado menos calificado, el más ignorante, el que históricamente ha sido el sustento de los nacionalismos, la xenofobia y la discriminación.
Sumémosle a esto que los inmigrantes suelen provenir de países pobres donde las condiciones laborales son muy malas y se establecen en países más prósperos donde los trabajadores han conquistado ciertos derechos a los que no parecen estar dispuestos a renunciar, y lo bien que hacen. Entonces, cuando el inmigrante, acostumbrado a trabajar en condiciones paupérrimas, acepta condiciones que los trabajadores autóctonos no aceptaría se da una doble segregación de hecho, por un lado los inmigrantes acceden mayoritariamente a peores trabajos (peor pagos y en peores condiciones) a la vez que el proletariado menos calificado primero y luego el proletariado a secas queda desempleado.
En este caldo de cultivo, no era de extrañar que, en una cultura de la monocausalidad, ante el menor tambaleo económico (que como sabemos primero afecta a la clase trabajadora), aquellos que perdieran el trabajo iban a responsabilizar a los trabajadores inmigrantes y por lo tanto iban a ser fácilmente cooptados por la xenofobia.
El éxito de la xenofobia es por lo tanto el fracaso del multiculturalismo, el fracaso de una idea que busca generar una sociedad más justa a través de la inclusión cultural y el éxito de otra que atribuye todos los problemas a esa inclusión, y no al revés.

Más tarde Arocena habla de Bolivia, al parecer las diferencias entre los indígenas se dan porque unos quieren hacer un país estructuralmente igual al de antes pero con más respeto por las tradiciones culturales indígenas y otros quieren formar un país aparte, una nación india libre de la influencia blanca, el hecho de que los indígenas del llano y los indígenas del alto tengan intereses económicos contrapuestos (como la construcción de la carretera que atravesaría el Parque Nacional Tipnis) no tiene nada qué ver.
También pareciera que el poder entrar a La Paz es la clara muestra de que ahora están mejor que antes, tal vez la renacionalización de los recursos naturales, la erradicación de la corrupción sistemática del estado y los planes de reforma agraria (con todas las críticas que le puedan caber) no son tan importantes en la dignificación de un proletariado mayoritariamente indígena.

Pero el momento más gracioso de la entrevista es cuando el señor Arocena habla de Slavoj Žižek adjudicando su crítica al multiculturalismo como "infantilismo de izquierda" y dejando bien clarito que "hay espacios para darle un rostro más humano al capitalismo". Festeja con alegría que las políticas sociales brasileñas hayan sacado a 40 millones de personas de la pobreza, pero yo me pregunto ¿qué va a pasar cuando el PT pierda las elecciones? ¿y cuando pierda el FA? Cuando los partidos progresistas pierdan las elecciones, cosa que, aunque le duela a la tecnocracia social, va a pasar tarde o temprano, esas políticas sociales desaparecerán o serán sustituidas por otras más al estilo neoliberal tales como las casas de plástico de los gobiernos colorados o los núcleos básicos evolutivos de Lacalle.
Y otra pregunta ¿qué va a pasar cuando se apague la maquinita de hacer plata de la exportación de granos y otros productos primarios? Sin importar quien esté en el gobierno, cuando se apague la maquinita las políticas sociales van a desaparecer o a reducirse sensiblemente, los consejos de salarios van a dejar de actuar a favor de los trabajadores para controlar una inflación que no importa (ups, esto ya está pasando) y se reducirá el gasto en educación, salud y muy posiblemente también en medio ambiente. Para muestra basta la caja de botones que es la socialdemocracia europea, sus partidos, tanto en el gobierno como en la oposición, han aceptado las rebajas del gasto en salud, educación y seguridad social como único recorte del gasto público, pagando religiosamente la deuda, manteniendo el gasto militar y aceptando desregulaciones de todos los mercados. Me parece que el detalle de que fuera el (aun) presidente de la Internacional Socialista quien terminó de hundir a Grecia en la miseria marca también el fracaso de ese proyecto al que Arocena se refiere con el nombre de "Capitalismo de rostro humano".
Discúlpeme Arocena, el capitalismo no tiene rostro humano, el capitalismo se basa necesariamente en la acumulación, mediante la explotación del hombre por el hombre, del capital y la subordinación del trabajo a este. Cuando hay un poco de plata se le pueden tirar unas monedas a los trabajadores para que no se revelen, cuando no, parece que basta con televisión y fútbol (eso que algunos llaman Aparatos Ideológicos del Estado y otros órganos de la Hegemonía), y si por las dudas alguno osa revelarse, siempre está listo el aparato represivo, estuvo ahí en la Grecia del PASOK, estuvo ahí en la Polonia de Walesa (el gran defensor de los derechos humanos que no dudó en reprimir a los trabajadores cuando se quejaron de los despidos masivos) y ha estado en la multicultural Bolivia de Evo.

Arocena remata su ensayo de respuesta a Žižek diciendo que "se puede ir cambiando la realidad sin cambiar "estructuralmente" el sistema. Proponer ese cambio "estructural" me suena como la república de Quillasuyo". Hagamos honor al académico y analicemos su enunciado como las dos oraciones que son.
Primero: la renuncia al cambio estructural es la renuncia a la posibilidad de emancipación, es la aceptación de la sumisión del trabajo al capital y por lo tanto la sumisión de los individuos (incluso los negros) a su lógica de acumulación. El capitalismo significó una superación estructural del régimen feudal y lo hizo porque era una forma de reproducción de la sociedad más eficiente para su época. Hoy día, el capitalismo está agotando sus viejas fuentes de capital a tal punto que ha llegado a mercantilizar al medio ambiente, su ansia de crecimiento ya no se da solo a expensas de los trabajadores del tercer mundo sino de todos los trabajadores del mundo y ha encontrado en la guerra y uno de sus más vitales empujes y mediante las industrias farmacéuticas y alimenticias (entre ellas las de transgénicos), ha convertido el hambre y la peste en lucrativos negocios. No hay máscara que le dé rostro humano a eso, solo los necios pueden encontrar una.
Segundo: al decir de este señor, la república de Quillasuyo es inviable por lo que el cambio estructural también lo sería, me gustaría analizar este tema en sus dos componentes, la crítica de Arocena al proyecto de una nación indígena y la inviabilidad del cambio estructural.
En la actual coyuntura, la pretensión de parte de un grupo social (sea cual sea) a tener su propia nación es perfectamente legítima[4], la comunidad internacional vela por la independencia de Kosovo o de Palestina (menos) y lo hizo por la de Bosnia Herzegovina y la de Timor Oriental por lo que desestimar el reclamo de otro grupo étnico de formar una nación propia a la vez que se aceptan reclamos semejantes es, en el mejor de los casos, racismo. Aunque lo que le choque a Arocena, en tanto representante de la hegemonía académica, es eso de "una sociedad sin mercado, no capitalista".
Arocena también habla de "prácticas de resolución de conflictos  reñidas con los derechos humanos", se refiere a métodos de castigo bastante usuales en varios lugares solo que con otras formas. Digamos que la pena de muerte sigue siendo totalmente legal en 103 países miembros de la comunidad internacional (la misma cantidad de países que la abolieron), 45 de los cuales la usan con asiduidad, entre ellos, ese país que para Arocena es un ejemplo del éxito de las políticas de cuota, y vaya que tiene razón, en Estados Unidos ha sido un éxito el multiculturalismo de la pena de muerte, ha de ser el único ámbito de toda la Unión donde los negros y latinos son considerados tan o más dignos que los blancos. Además, en varios países con los que Uruguay tiene buenas relaciones diplomáticas (Emiratos Árabes Unidos por ejemplo) se castiga con la muerte la homosexualidad, y no veo a Arocena calificando de inviable al paraíso posmoderno de Dubai.
Además, estas formas de resolución de conflictos son parte de esa cultura ancestral son más antiguas que nuestros bien blancos y burgueses derechos humanos[5] a los que Arocena pone por encima de las prácticas ancestrales de los indígenas, por lo que el señor Arocena estaría diciendo que si, que los indios ejerzan su derecho a practicar sus tradiciones, siempre y cuando no jodan a nuestras tradiciones, que son superiores.
Por otro lado, proponer la inviabilidad del cambio estructural no es sino proponer la inviabilidad de la especie humana (aunque tal vez "especie" sea, al igual que "raza", un término negativo para el bienpensantismo progre). El desarrollo reciente del capitalismo ha demostrado ser una de las mayores fuerzas destructivas del mundo, el cambio climático y todos los tipos de contaminación generados por el crecimiento industrial, las masacres generadas por las guerras por los recursos, el incentivo a estas guerras de parte de las industrias militares y los contratistas de las reconstrucciones, los genocidios generados para instaurar nuevas formas de capitalismo (desde las dictaduras latinoamericanas hasta las invasiones a Irak y Afganistán) y las hambrunas y pestes generadas por las industrias alimenticia y farmacéutica con sus patentes y negocios son mucho más poderosas que cualquier lluvia de meteoritos, ríos ensangrentados o nuevas eras glaciares. Digámoslo de una forma bien sencilla, si no hay un cambio estructural en el mediano plazo, la humanidad entera desaparecerá de la faz de la tierra, y con ella casi toda la vida en el mundo, aunque tal vez queden las cucarachas, mejor, ellas no discriminan.
Pero además, no sé si Arocena sabrá que Žižek es justamente oriundo de un país multicultural, donde convivían serbios ortodoxos, bosnios musulmanes, croatas católicos, eslovenos católicos, gitanos y varias etnias más. Y no solo él, todos los europeos viven en naciones multiétnicas, por más que le duela a la derecha.

Sobre el final, Arocena se despacha con una idea revolucionaria en lo que a historiografía latinoamericana se refiere, "El concepto de clase viene de allí (de Europa). En Europa fue un concepto muy importante, palpable. América Latina tuvo una historia completamente diferente." ¿Arocena no sale a la calle? ¿no ha visto las huelgas, las ocupaciones y las marchas en las que la clase obrera actualiza constantemente la legitimidad de su lucha? Pensemos que el conflicto armado en Colombia comenzó y sigue tratándose de un problema mayormente por la propiedad de la tierra, que el EZLN es, antes que nada, un grupo de izquierda marxista que lucha por un "mundo nuevo"[6] y que de hecho su primer acción fue en oposición a la entrada en vigencia del NAFTA, que la lucha del Sandinismo original (no esta porquería de Ortega), la lucha del MST y las guerrillas montoneras, tupamaras (más allá del fiasco en que esta se ha convertido al legalizarse) y maoístas no han sido sino luchas de clase. Tampoco debe olvidarse Arocena, que el único país de América donde realmente se logró reducir los problemas de raza a su menor dimensión (por no decir que se los hizo desaparecer) es Cuba, donde efectivamente se solucionaron (por más peros que se le puedan poner al proceso) exclusivamente los problemas de clase.
Y por si fuera poco, Arocena asegura que el Che no tuvo éxito en Bolivia porque allí el problema era la raza y que "no es casualidad que el movimiento indígena boliviano haya conquistado cuotas de poder cuando entró en sintonía con su propio lenguaje". Error, desconocimiento o lisa mentira, para que Evo lograra acumular una fuerza lo suficientemente importante como para llegar al gobierno lo que hizo fue unificar las causas, Evo entendió que en una simple gestión del capitalismo (ese "capitalismo de rostro humano" tan caro a Arocena) era incapaz de solucionar por sí mismo los problemas de raza pero que a su vez, que no lograría nada sin orientar su lucha a cuestiones de clase, no en vano su sector político se llama Movimiento Al Socialismo y entre sus reivindicaciones históricas se encuentran la nacionalización de los hidrocarburos y la reforma agraria.

Para terminar, me gustaría hacer una última reflexión acerca del multiculturalismo como racismo negado. El racismo, la xenofobia y el clasismo son problemas reales de nuestra sociedades, problemas muy grandes que no se quedan en el mero discurso sino que llegan hasta niveles materiales como la violenta agresión a Tania Ramírez o los múltiples casos de asesinatos e incendios de indigentes o inmigrantes en todo el mundo. Las políticas de resegregación (segregación dentro de la segregación) son clara muestra de ello y lejos de resolverlo no hacen sino tapar el problema, pero el problema es muy grande y la tapa que ponen es muy chica por lo que nuestra sociedad pretendidamente inclusiva y tolerante desborda racismo, clasismo y violencia en escala altísima, estas políticas lo único que logran es hacernos ver lo incapaces que hemos sido como sociedad para solucionar los problemas de segregación y odio al otro, incapacidad que también es propia de estas políticas. A fin de cuentas, "el derecho, cínicamente, parece siempre venir a confirmar que alguien ha sido desahuciado (por la vida, por la historia, por la economía, por la estructura social)"[7].


[1] Más allá de lo que digan las organizaciones sociales, la definición objetiva es la de negro o negroide, "afrodescendiente" sería otro término objetivo pero se referiría a otro grupo que incluiría a los negros y a los árabes del norte de África, el resto de los términos pueden obedecer a definiciones subjetivas pero con subjetividad lisa y llana no se cambia el mundo.
[2] Sipho Maseko citado por Hein Marais, Sudáfrica: Límites al cambio. La Economía Política de la Transformación.
[3] Multicultural solo en las instituciones progres como ministerios o servicios de la UdelaR, el resto de Montevideo sigue siendo una ciudad racista y clasista.
[4] Más allá de que algunos internacionalistas seguimos prefiriendo la unión de los trabajadores a la separación de los hombre
[5] Me gustaría recordarle al señor Arocena que los derechos humanos fueron negociados entre las potencias ganadoras de la segunda guerra mundial y que Stalin impuso que el asesinato sistemático de enemigos políticos no representara una violación a los derechos humano, también le recuerdo que el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice que "Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud, el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica", pero casi ningún estado asegura el total ejercicio de esos derechos, incluso, mediante las desregulaciones y la aplicación de leyes de propiedad intelectual, los estados contemporáneos parecen estar decididos a romper con la universalidad de esos derechos. Solo se me ocurren unos pocos países que tratan de universalizar estos derechos, algunos países ricos europeos y otros pocos más, entre ellos Cuba.
[6] Según el propio Subcomandante Marcos.
[7] Sandino Núñez, "Entre cuerpos mínimos y cuerpos excesivos", disponible en http://sandinonunez.blogspot.com/2012/11/entre-cuerpos-minimos-y-cuerpos.html.

sábado, 26 de enero de 2013

Mentir como forma de decir la verdad

Cine, ficción y realidad a propósito de Django unchained

Django unchained es una película impactante. Como primer aspecto quiero destacar que es plásticamente magnífica, el trabajo en arte y sobretodo el magnífico trabajo de Robert Richardson en la dirección de cinematografía hacen de esta película una joya visual. También el diseño de sonido es muy bueno y la música es, aunque por momentos un poco sobrecargada, muy atractiva. Esto hace olvidar los saltos y baches narrativos en los que cae la película y realza los muchos momentos geniales.
También es una película muy violenta, no tanto en la violencia explícita, que igualmente está y es bastante cruda, sino en la violencia sugerida metonímicamente y más aun en la violencia conceptual. Es sobre esta última (la violencia conceptual) en la que me quiero centrar.

No hay datos muy certeros acerca de las peleas de esclavos a los que la película llama "mandingos", de hecho es muy posible que sean mentira o una media verdad[1], la única referencia a esto es una película clase B de 1975 dirigida por Richard Fleischer llamada justamente Mandingo en la que un terrateniente entrena a un esclavo para que pelee contra otros esclavos tal como sucede en Django unchained. De hecho es muy posible que esa sea la referencia de Tarantino al introducir las peleas de mandingos en su película, no una referencia histórica sino una referencia ficticia (en tanto de la ficción).

Django Freeman (Jamie Foxx) y el Django original (Franco Nero) tras la introducción de las peleas de mandingos
Tampoco parece real el origen del Ku Klux Klan como respuesta a las andanzas de Django y el Doctor King Schultz, y la principal razon es que ni Django ni el Doctor Schultz existieron. Por eso debería tomarse ese incidente como una libertad narrativa que se da Tarantino como forma de, por un lado hacer avanzar la acción y, por otro, como una forma de ridiculizar no solo al Klan sino a toda la argumentación comprensiva de su formación, parecería ser que Tarantino quiere dejar bien claro un mensaje, "miren, estos tipos son unos estúpidos".

Los Klaners discutiendo sobre la distancia de los agujeros para los ojos en sus capuchas
Es ese el verdadero asunto de la escena, por eso se justifica ese flashback que en términos narrativos solo introduciría una escena graciosa donde Tarantino vuelve a hacer gala de su genialidad como dialoguista pero que entorpece inutilmente la narración, el gran asunto aquí es que estos tipos son efectivamente unos idiotas, ellos y los supremacistas, segregacionistas y racistas contemporaneos.

Y a partir de esta voluntad enunciativa desde de lo históricamente falso de Tarantino es que quiero trabajar esa idea que le da título a la entrada, "Mentir como forma de decir la verdad".

El gran problema que presenta el relato en épocas pasadas es que el espectador espera que los datos contextuales sean fieles a la verdad histórica, de hecho se suelen tomar interpretaciones o pequeñas variaciones hechas por los escritores (tanto de literatura como de teatro o cine) como fieles representaciones de una verdad histórica. Esta espectativa historicista del espectador se incrementa más aun cuando la obra tiene elementos de realismo, cuando se atañe a ciertas espectativas que de la época se tienen, y más aun cuando el espectador desconoce el fenómeno retratado por la obra, por eso existe cierta indignación cuando Tarantino (u otros autores) introduce en un contexto realista (aunque Django unchained solo es realista a medias) un elemento especulativo o incluso falso.
Sin embargo, lo que fácilmente se entiende en las obras cuyas diéjesis transcurren en tiempos futuros (La naranja mecánica de Huxley o Un mundo feliz de Huxley) como alegoría parece dificil de encontrar en las obras en que transcurren en el pasado (No solo Django unchained sino también Espartaco de Howard Fast o su versión cinematográfica de Trumbo y Kubrick o Mefisto de István Szavó).
Pero un gran valor de esta película es justamente ese valor alegórico, metafórico e hiperbólico al momento de narrar un suceso históricamente falso con el objetivo de revelar una verdad histórica, a saber, la esclavitud fue un fenómeno nefasto y violento a niveles que son humanamente inimaginables.

Django con la espalda marcada por los latigazos
Al respecto, Tarantino dice que "Todos 'conocemos' intelectualmente la brutalidad e inhumanidad de la esclavitud, pero luego que hacés la investigación no es más intelectual, no es más solo un record histórico - lo sientes en tus huesos. Te hace enojar, y querer hacer algo... Yo estoy acá para contarle, que cualquier cosa mala en la película, un montón de mierdas peores realmente sucedieron."[2]

Es que el objetivo de Tarantino no es contarnos una historia terrible acerca de la esclavitud, tampoco hacernos un cuadro general para que la entendamos sino hacernosla sentir, enojarnos, impactarnos, al menos eso dice él "Cuando se cuentan narraciones de esclavos en las películas, tienden a ser históricas con H mayúscula, con una cierta distancia a ellos. Quería romper ese aspecto de historia-bajo-el-cristal, quería lanzar una piedra a través de ese cristal y romperlo para siempre, y llevarte a ella."[3]
Por eso festejo la introducción en la película de las peleas de mandingos, no porque sean una fiel representación de una realidad histórica de la que hay que ser consciente sino porque evidencian en pocos segundos el carácter del esclavo, el esclavo era una cosa, propiedad de su amo, el amo era dueño no solo de su trabajo sino también de su cuerpo, por eso podía hacerlo pelear por otro solo para divertirse, y también era dueño de su vida, por eso podía hacerlo pelear hasta la muerte.

Calvin Candie (Leonardo Di Caprio) le da a su mandingo el arma para que remate a su contendiente.
Así, mintiéndonos, Tarantino es capaz de contarnos la verdad acerca de la esclavitud, no de un hecho particular ni tampoco de una serie de aconteciomientos sino del carácter más radicalmente inhumano de la esclavitud, inhumano porque niega al otro como humano, lo niega como sujeto y lo convierte en una mercancía que puede ser comprada, vendida y destruida al antojo de su dueño.

Yo no creo que la esclavitud haya sido un absurdo histórico, no creo que haya sido algo irracional, creo que la esclavitud fue una parte fundamental del desarrollo del capitalismo agrícola americano y que se abolió no solo por la humanidad de algunos personajes históricos sino sobretodo porque ya carecía de sentido económico, pero no puedo negar que ha sido uno de los momentos más nefastos de nuestra historia y que es necesario repensarla no solo desde la historiografía (parece que hacia allí apunta Lincoln de Spielberg) o la economía política (aunque este aspecto ha sido históricamente relegado) sino también desde el aspecto ético y filosófico, en ese plano, las palabras de los propios esclavos hubieran sido muy valiosas, pero en su ausencia bien vienen estas "mentiras" que nos cuenta Tarantino para acercarnos más a la verdad.


Notas                                                                                          
[1] Sobre esta discusión ver las siguientes notas: Huffington Post y Next Movie.
[2] The Guarduan. La traducción la hice rápido por lo que puede no ser la mejor, el original decía "We all intellectually 'know' the brutality and inhumanity of slavery, but after you do the research it's no longer intellectual any more, no longer just historical record – you feel it in your bones. It makes you angry, and want to do something … I'm here to tell you, that however bad things get in the movie, a lot worse shit actually happened."
[3] Ídem. "When slave narratives are done on film, they tend to be historical with a capital H, with an arms-length quality to them. I wanted to break that history-under-glass aspect, I wanted to throw a rock through that glass and shatter it for all times, and take you into it."


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Mentir como forma de decir la verdad by Joaquín Moreira Alonso is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 3.0 Unported License.

martes, 15 de enero de 2013

Filosofía del derecho

Este embrollo respecto al Cine Plaza (ver aquí) me despertó dos ideas al respecto del estado. Son dos ideas bastante poco viables en el actual contexto que exigirían reformas constitucionales, legislativas y conceptuale y tal vez eso es lo más interesante de ellas.

Crítica a la laicidad del estado
La primer cuestión que me parece importante es el carácter laico del estado, esta es una construcción de las revoluciones liberales burguesas de matriz masónica por oposición a los estados religiosos como parte de su programa de reformas. Aun existen varios estados religiosos en los que el estado mantiene vínculo con una religión específica tales como Argentina o Costa Rica donde el estado es Católico, Inglaterra donde es anglicano o la gran cantidad de estdos musulmanes (por una lista más detallada de estados confesionales ver aquí).
A diferencia de estos estados confesionales, los estados laicos como Uruguay, Cuba, Estados Unidos (donde igualmente existe el llamado "deísmo ceremonial"), Rusia o Francia (por lista más exhaustiva ver aquí) no reconocen a ninguna religión como propia tolerando todas las expresiones que se digan religiosas y dándole a todas los mismos beneficios (exoneraciones impositivas por ejemplo).
Hasta aquí se podría ver cierta apertura, tolerancia y hasta cierto caracter positivo de el estado laico, pero este concepto de estado laico también incluye otra idea, la idea de que las religiones son un tipo de institución con un status especial que debe ser reconocido y que las diferencia de los sindicatos, clubes deportivos o clubes de fans. Es a partir de este reconocimiento que se dan las exoneraciones tibutarias pero también que se legitiman conductas que de ser originadas en otra institución serían castigadas o condenadas.
Un estado realmente de vanguardia en temas de derechos sociales debería, en vez de legalizar la marihuana, negar este caracter especial de las religiones y asimilarlas a otras instituciones sociales, es decir, se convertiría en un estado ateo que no considere a la religión más que otra institución que merece ser respetada por ser un conjunto de prácticas e individuos interactuando de forma respetuosa con sus semejantes (otras religiones) y con sigo misma (respeto de parte de las autoridades a sus miembros) y no por tener una cosmovisión basada en la existencia de uno o varios seres sobrenaturales.
Ojo, esto no significaría que hubiera discriminación religiosa ni que las religiones deban pagar impuestos ni nada, simplemente eliminaría una discriminación real que se da de parte del estado a otras instituciones y permitiría distinguir entre instituciones con fines de lucro e instituciones sin fines de lucro y definir a partir de este carácter los beneficios que hoy se le dan a las religiones.
Así, una institución con fines de lucro y que investiga a sus miembros para saber exactamente cuanto ganan y así cobrarles un diezmo obligatorio (la Iglesia Pentecostal Dios es Amor) será tratada de un modo más acorde a sus intenciones mientras que un club de baby fútbol donde los padres y niños se esfuerzan todos los días por conseguir algún mango para comprar las camisetas o arreglar la cancha será tratada del mismo modo que la Iglesia Católica o el Islam.

Crítica a la dicotomía derecho público-derecho privado
Partamos de la doctrina (llamémosla así) del derecho civil que diferencia entre el derecho público que regula los vínculos entre el estado y los prevados, y el derecho privado que regula los vínculos entre privados entre sí. Esta doctrina es claramente una doctrina burguesa que pretende limitar las potestades del estado acotándolo exclusivamente a aquello a lo que lo habilita la ley a la vez que da un marco de amplia libertad de acción a los privados (sin diferenciar entre qué tipos de privados) haciendo que la ley solo puede decirles que no hacer quedando habilitados para todo lo demás.

El gran problema es que esta doctrina asimila a la empresa con fines de lucro, a las organizaciones sociales sin fines de lucro, a las personas físicas e incluso a la sociedad toda. De esta forma, que una empresa privada venda pretenda desarrollar un adefesio arquitectónico interviniendo una casa que es notable ejemplo del modernismo en Montevideo (ver aquí) tiene el mismo grado de validez que el galponcito que un señor construye en el fondo de su casa o los pegotines que un gurí pega en su bicicleta, en todos los casos son personas que intervienen aquello que es su propiedad privada con el legítimo derecho y sin que nadie ajeno a ello pueda quejarse, excepto, claro está, el estado en caso de que haya sido mandatado con anterioridad al suceso, necesitamos por lo tanto legisladores videntes.
Por otra parte, cuando se solicita que, por interés público (es decir social), se intervenga en una transacción entre privados para defender el patrimonio cultural o social [1], el estado (o su encargado al respecto) manifiesta que si bien le parece que se debería protejer el patrimonio en cuestión, pero que a pesar de eso "no queremos generar un conflicto y no tenemos ningún interés en violentar una negociación de privados"(ver aquí), es decir, el interés social de mantener un edificio hecho especialmente para espectáculos con esa función debe someterse a las normas del derecho privado.

Por otro lado, no existe algo así como un derecho penal de las empresas, una empresa no puede ser juzgada por asesinar a alguien o robar, solo puede serlo una persona, por más que lo haga como parte de una acción corporativa legitimada (aun en el desconocimiento) por los accionistas que exigen constante acumulación de riquezas.
Esto da a las personas jurídicas un mayor estatus que a las presonas físicas ya que en lo civil tienen el mismo derecho mientras que son ininputables en lo penal. Esto no debería extrañar, estamos hablando del derecho burgués, institución creada para defender la libertad de empresa que es a fin de cuentas la única que importa.

Pero un estado vanguardista en términos de derechos sociales debería disolver esta dicotomía entre derecho público y derecho privado planteando un campo más abierto centrado no en la libre empresa sino en el sujeto social, en el individuo, en la fuerza vital de una sociedad.
Esto necesitaría el reconocimiento de al menos cuatro derechos que deberían ordenarse según su importancia decreciente del siguiente modo: el derecho social, es decir, aquellos derechos de toda la sociedad como tal, factores de bien común, derecho del individuo, aquel derecho de cada persona física de realizarse como individuo (sea por sí solo o como parte de un grupo), el derecho empresarial que sería el derecho de las organizaciones con fines de lucro (este derecho debería existir hasta la abolición de la mistificación del capital) y el derecho del estado que constaría de lo que hoy llamamos derecho público.
De esta forma, la discusión sobre la expropiación o no del Cine Plaza radicaría en si es o no de interés social y no en la pertinencia de expropiar una propiedad privada.

[1] No quiero discutir si el Cine Plaza es o no patrimonio, de hecho recientemente era solo un centro de espectáculos con fines de lucro por lo que no no era utilizado con fines mucho mejores que los que tendrá en el futuro (bueno, tal vez en este caso si, Ricardo Fort puede ser una mierda pero Dios es amor es bastante peor), solo quiero discutr, a partir de los dichos y hechos otros asuntos.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Filosofía de la praxis

Al gunas reflexiones de Antonio Gramsci

Hay sin embargo una diferencia fundamental entre la filosofía de la praxis y las otras filosofías: las otras ideologías son creaciones inorgánicas porque son contradictorias, porque se orientan a conciliar intereses opuestos y contradictorios; su "historicidad" será breve porque la contradicción aflora después de cada acontecimiento del que han sido instnimento. La filosofía de la praxis, por el contrario, no tiende a resolver pacíficamente las contradicciones existentes en la historia y en la sociedad, incluso es la misma teoría de tales contradicciones; no es el instrumento de gobierno de grupos dominantes para obtener el consenso y ejercer la hegemonía sobre clases subalternas; es la expresión de estas clases subalternas que quieren educarse a sí mismas en el arte de gobierno y que tienen interés en conocer todas las verdades, incluso las desagradables, y en evitar los engaños (imposibles) de la clase superior y tanto más de sí mismas. La crítica de las ideologías, en la filosofía de la praxis, afecta al conjunto de las superestructuras y afirma su caducidad rápida en cuanto tienden a ocultar la realidad, o sea la lucha y la contradicción, aun cuando son "formalmente" dialécticas (como el crocismo) o sea que explican una dialéctica especulativa y conceptual); no ven la dialéctica en el mismo devenir histórico.
Cuadernos de la cárcel. Tomo IV


La proposición contenida en la introducción a la Crítica de la economía política de que los hombres toman conciencia de los conflictos de estructura en el terreno de las ideologías, debe ser considerada como una afirmación de valor gnoseológico y no puramente psicológico y moral. De ahí se sigue que el principio teórico-práctico de la hegemonía tiene también un alcance gnoseológico y por lo tanto en este campo debe buscarse la aportación teórica máxima de Ilich a la filosofía de la praxis. Ilich habría hecho progresar [efectivamente] la filosofía [como filosofía] en cuanto que hizo progresar la doctrina y la práctica política. La realización de un aparato hegemónico, en cuanto que crea un nuevo terreno ideológico, determina una reforma de las conciencias y de los métodos de conocimiento, es un hecho de conocimiento, un hecho filosófico. Con lenguaje crociano: cuando se consigue introducir una nueva moral conforme a una nueva concepción del mundo, se acaba por introducir también tal concepción, o sea que se determina toda una reforma filosófica.
Cuadernos de la cárcel. Tomo IV

Entre tantos significados de democracia, el más realista y concreto me parece que se puede extraer en conexión con el concepto de hegemonía. En el sistema hegemónico, existe democracia entre el grupo dirigente y los grupos digidos, en la medida en que [el desarrollo de la economía y por lo tanto] la legislación [que expresa tal desarrollo] favorece el paso [molecular] de los grupos dirigidos al grupo dirigente. En el Imperio Romano existía una democracia imperial-territorial en la concesión de la ciudadanía a los pueblos conquistados, etcétera. No podía existir democracia en el feudalismo por la constitución de grupos cerrados, etcétera.
Cuadernos de la cárcel. Tomo III

El ejercicio "normal" de la hegemonía en el terreno, ya clásico, del régimen parlamentario se caracteriza por la combinación de la fuerza y el consenso que se equilibran en formas variadas, sin que la fuerza rebase demasiado al consenso, o mejor tratando de obtener que la fuerza aparezca apoyada sobre el consenso de la mayoría que se expresa a través de los órganos de la opinión pública -periódicos y asociaciones- que, con este fin, son multiplicados artificialmente. Entre el consenso y la fuerza está la corrupción-fraude (que es característica de ciertas situaciones de ejercicio difícil de la función hegemónica, cuando presenta demasiados peligros el empleo de la fuerza) que tiende a enervar y paralizar a las fuerzas antagónicas atrayendo a sus dirigentes, en forma abierta o solapada, cuando existe un peligro inmediato, y lleva así la confusión y el desorden a las filas enemigas.
Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno