sábado, 8 de junio de 2013

Acerca de la razón, la moral y la violencia

  Hace cerca de dos meses, Gabriel Delacoste publicó una nota en la que comenta a otra nota (o algo así[1]) en la que un tipo rapea una serie de cosas, que no pueden ser denominadas argumento, en contra de la violencia y la defensa, mediante la violencia coactiva o cohersitiva, de valores morales. No voy a esgrimir un argumento en defensa de Delacoste ya que creo que él lo hizo bastante bien en su nota, pero si voy a discutir sobre algunos aspectos en los que creo que el señor Santullo ha hecho gala de su progresismo naif y burgués, y juro que esto no tiene nada que ver con ningún artículo anterior.

La razón y la sinrazón

Al comienzo de la nota, Santullo plantea lo siguiente:
"Una característica bastante evidente de los debates mediáticos mas recientes es la inmediata aparición de la reacción pasional como argumento como elemento de peso y sobre todo como autoridad moral que se levanta, total, por encima de datos, razones, otros argumentos y otras opiniones y que anula con su propia esencia la posibilidad de dialogar y eventualmente convivir con la diferencia"[2].
El sueño de la razón produce monstruos - Goya
  Santullo comienza con una crítica a la acción emocional, a la reivindicación en primera persona, inicialmente la plantea en el marco de algunas reivindicaciones bastante estúpidas y acierta en la crítica a la indignación fácil que tanto le está brotando a los uruguayos[3]. Hasta ahí podríamos bancarle la crítica.
  Pero esa mirada tiene un segundo filo que es el que más me preocupa. Santulo está escribiendo (o rapeando) desde una posición en la que lo hemos visto varias veces, la posición del observador imparcial, desde el lugar de alguien que está por fuera de las posturas contrapuestas y en conflicto, de alguien que, mediante la razón, juzga a ambos bandos sin una mácula. Santullo pretende ser, entonces, un sujeto ético Kantiano ideal, un sujeto antidialéctico, con una pretensión ética tan universal que no pueda ser contrastada con ningún aspecto del mundo empírico y como tal (siguiendo a Hegel), plausible de legitimar mediante una abstracción radical cualquier principio particular.
  Santullo adopta (calculo que sin darse cuenta) la lógica Kantiana del imperativo categórico (un enunciado moral de valor universal) al postular que la no-violencia y la racionalidad son un mandato moral universal sin plantearse en ningún momento discutir qué son la no-violencia y la racionalidad. Pero, retomando a Hegel (y también a Aristóteles), esos propios conceptos no son sino definiciones enmarcadas en un contexto social, podríamos decir que son objetivaciones universalistas de definiciones particulares.
  Entonces, Santullo acepta conceptos de no-violencia y racionalidad particulares y propios de una lógica bien empírica, los universaliza y luego, desde una pretensión ética universal, juzga a quienes adoptan una postura y luchan por defenderla.

Mayorías y minorías morales
  En otro momento, Santullo dice que parece estar surgiendo una nueva mayoría moral:
Y cuidado con que a alguien le diera por comentar algo que no estuviera encuadrado dentro de lo que la nueva mayoría moral consideraba correcto y justo. Una "mayoría" que, convengamos, no es tal si no solo el grupo de personas que tiene acceso a los medios al estado, a formar opinión publica, en definitiva, cercanía o acceso al poder.
  En primer lugar debo felicitar a Santullo por darse cuenta que los grandes valores morales de las sociedades no son sino los valores morales propios de minorías que "tiene {n} acceso a los medios del estado, a formar opinión pública, en definitiva, cercanía o acceso al poder". Claro Santullo, eso es lo que se llama ejercicio de la hegemonía, la imposición consensuada de los conjuntos de valores de los sectores dominantes en los dominados mediante los órganos de la hegemonía (Gramsci) o Aparatos ideológicos del estado (Althusser), generalmente órganos legalmente privados pero que pertenecen a un aparataje claramente vinculado con el poder social. Claro, de lo que no se da cuenta Santullo es que, así como Andrés Scagliola o Victoria Rodríguez, él mismo es parte de esos órganos de la hegemonía, él es un personaje que debido a cierto capital social (ya que sus cualidades como sociólogo no han de ser la razón) accedió a una columna en uno de los principales portales del Uruguay y que desde allí discute con otros miembros de la misma intelectualidad orgánica del capitalismo progre.
Vean The People vs. Larry Flynt

  También considero interesante la apelación al concepto de "mayoría moral", la mayoría moral fue un movimiento protestante, conservador y de derecha que consideraba que prácticas como la homosexualidad o el sexo fuera del matrimonio eran prácticas contrarias a la voluntad de Dios.
  Y es que realmente los grupos de militantes por los llamados "nuevos derechos" son un grupo de presión que, en defensa de ciertos valores morales desvinculados de la filosofía política y, aprovechando su cercanía estratégica, presionan al poder político y gubernamental para que se instauren nuevas normas y a la sociedad para que acepte nuevos valores.
  En ese sentido tiene razón Santullo cuando dice que:
Supongo que una de las razones para que la "autoridad moral" sea considerada el argumento final, es decir, el que exime de razonar las situaciones, sea lo fácil que es acceder a ella: cualquiera puede indignarse y tomar partido, cualquiera puede golpearse el pecho y declararse malherido por un acto que cree injusto.
  Pero su posición no es menos fácil, la suya es la posición de la doxa[4], la del sentido común conservador, ese sentido común que fluye por las sociedades como una baho de conformismo autocomplaciente según el cual hay que defender los derechos de la mayoría silenciosa, que se indigna cuando los trabajadores paran pero no de las condiciones laborales, que se indigna de las malas políticas sociales pero no de las condiciones materiales de existencia que llevan a la exclusión[5], la misma mayoría silenciosa que grita "que se vayan todos" cuando un gobierno particular (y no toda la política) derrumba al país con políticas económicas nefastas pero que, cuando en la cresta de la onda monetarista puede enroscarse en la ola de consumo que volverá a llevar a la crisis, manda a callar a quienes dicen que esta rosca va a generar una nueva crisis.

Sobre la violencia justa y la no-violencia cómplice

  Pero el núcleo duro de la argumentación está sobre el final, cuando empieza a hablar acerca de la muerte de Hugo Chávez:
Y finalmente ante la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez hizo su aparición un nuevo escalón: la reivindicación directa de la "violencia" de los buenos. A saber, que la idea de que apretar, escrachar o si se tercia, asesinar a unos cuantos vecinos no solo es deseable y necesaria si no que debe hacerse con orgullo, mostrando nombre y apellido ya que esa violencia es "justa" y esos vecinos, seguramente, se lo tienen merecido. Es decir, si el capitalismo es tan malo que produce monstruos anónimos como "el mercado" entonces es justo que nosotros, los revolucionarios (y Chávez habría sido "el primero de nosotros"), impulsemos nuestros propios monstruos, llevados en andas por la "necesidad de la historia" o alguna otra tontería ideológica pseudo científica, igualmente imposible de contrastar pero, eso si, de color rojo sangre y muy emocional.
  Pues aquí la cosa se torna más complicada ya que Santullo pasa de ser un progre pedorro a un gorila dinosauresco.

Violentos y violencia

  Chávez fue el presidente que más elecciones ganó en la historia de las democracias liberales burguesas, y no incluyo los plebiscitos constitucionales, me refiero a todas las veces que ganó las elecciones presidenciales o los plebiscitos revocatorios por lo que no viene a lugar ninguna crítica que se le pueda hacer en tanto totalitarismo que no le caiga también a cualquier otro presidente elegido mediante mecanismos semejantes (incluido el nuestro).
  Tampoco nunca mató o mandó matar a nadie, se mantuvo siempre opuesto a la pena de muerte y, contrariamente a lo que parece sugerir Santullo, tampoco ha obrado nunca con una violencia ajena a sus funciones presidenciales, y si Santullo considera que la violencia que ejerció en cumplimiento con sus obligaciones es mancha suficiente para considerarlo un violento, entonces debería denunciar a todos los presidentes, legisladores y jerarcas de cualquier tipo del mundo. Ejercer un cargo estatal es, en una gran medida, ejercer algún tipo de violencia, sea esta "apretar, escrachar o si se tercia, asesinar" y si a Santullo eso no le gusta pues entonces debería, como bien dice Delacoste, hacerse anarquista o asceta cristiano, y ninguna de esas dos cosas se hacen desde un púlpito virtual de periodismo progre o un proyecto musical para chetos.
  Ante la evidente falacia del comienzo del párrafo bien podríamos, simplemente, dejar de leer, pero no, sigamos leyendo y veamos qué más nos trae este muchacho.

Chávez y la violencia en Venezuela

  Es verdad que Chávez intentó dar un golpe de estado para derrocar a uno de los tantos malos presidentes que han gobernado Venezuela, Carlos Andrés Pérez, quien en los setenta había sido un presidente desarrollista y que vuelve a fin de los ochenta totalmente convertido en adalid de las políticas neoliberales. Además de sus nefastas medidas macroeconómicas, Pérez fue quien comandó a sus fuerzas armadas en el llamado Caracazo donde las fuerzas militares estatales mataron a cerca de trescientas personas que se manifestaban en contra del gobierno.
  Por lo tanto, Chávez intentó dar un golpe de estado para derrocar a un presidente que perfectamente podría ser llamado asesino, por lo que su acto bien podría ser considerado una acción humanitaria antiviolencia, si además tenemos en cuenta que el golpe solo tuvo víctimas militares (las fuentes cercanas a Pérez indican que son catorce pero esto nunca se aclaró) y que, ante la derrota en la capital, Chávez mandó a quienes segían combatiendo en el interior que dejaran de hacerlo, podríamos decir que el suyo fue un golpe bastante civilizado.

  Luego de eso Chávez utilizó las leyes votadas en el parlamento y respaldadas por los votantes para expropiar (con pago compensatorio) empresas o emprendimientos que habían sido privatizados o concedidos de manera fraudulenta o que eran valiosos recursos que los capitales mantenían improductivos, tal fue el caso de unos tres millones de hectáreas de latifundios, varios procesadores de crudo de compañías estadounidenses o europeas, varias instituciones financieras que no reinvertían dividendos en financiación de proyectos productivos en el país, la principal empresa de telecomunicaciones del país, las principales compañías de electricidad y varias industrias pesadas que estaban siendo desmanteladas.
  Todo eso Chávez lo hizo con el expreso propósito de redireccionar la economía a direcciones menos violentas, y es que el mercado (ese monstruo denunciado pero tolerado por Santullo) había llevado a la mitad de los venezolanos a la pobreza y a un quinto a la extrema pobreza y, si bien es cierto que su política económica no fue realmente socialista, logró realmente mejorar los indicadores sociales y sobre todo las condiciones de vida de los venezolanos, es decir, combatió la violencia del capital.

  Chávez también cerró algunos medios masivos, medios que, además de utilizar un recurso patrimonio de la humanidad y administrado por los estados mediante licencias (que como en Uruguay son precarias y permanentes), habían participado directamente en un golpe de estado contra su gobierno. Sin contar claro que estos medios (al igual que los nuestros) consideran que las ondas radioeléctricas que usufructan como peremisarios les pertenecen, tal vez ahí Santullo haya visto violencia, y claro que la hay, hay una violencia orientada al castigo a la desviación de la conducta establecida socialmente, tal como la violencia que se produce cuando un asesino es llevado a la carcel. Así que en realidad, lo que hizo Chavez no fue sino el ejercicio activo de las potestades y obligaciones para las que un presidente está constitucionalmente designado. Otra vez, si a Santullo le molesta Chavez que se queje de las democracias del mundo.

La violencia y su legitimación

  Y si agluna vez Chávez, o algún otro, ha utilizado la violencia (en cualquiera de sus formas), la clave no es mirarlo desde una perspectiva universalista, desde una mirada de "imperativos categóricos", sino desde una mirada pragmática.
  La vida en sociedad es violenta, eso que se llamó contrato social no es sino un conjunto de acuardos restrictivos que castigan cualquier desvío con violencia, en muchos casos física. Las leyes y los propios acuerdos no formales de convivencia no son sino marcos restrictivos que me impiden hacer ciertas cosas que puedo querer hacer con el objetivo de hacer posible la convivencia y evitar que ante cualquier contraposición de intereses me termine agarrando a las piñas con el vecino. Por lo tanto, vivir en sociedad no es sino una restricción de nuestras libertades individuales, condición necesaria para la convivencia.
  Si a su vez el estado no es más que otro acuerdo que realizamos para delegar en una institución consensuada el monopolio del uso de la fuerza, entonces la vida en sociedad no es sino la renuncia a ciertas libertades individuales y la cesión del derecho al uso de la fuerza a una institución colectiva con el fin de posibilitar la vida en colectivo en el marco de sociedades heterogeneas que, de otro modo, estarían condenadas a la constante lucha, en muchos casos violenta, para decidir cada acción social que no fuera consensuada[6].
  De esta manera, la única forma del ser humano de vivir en un marco de no violencia es convertirse en un asceta que viva alejado de la sociedad. Pero no creo que Santullo se refiera a esto con "no-violencia", creo que más bien está adoptando una definición de "no-violencia" heredera de la tradición liberal según la cual solo es violencia aquello que atente contra el status quo de una sociedad mientras que la violencia ya establecida no es sino el normal funcionamiento armónico y estable de la sociedad.

La violencia justa y necesaria

  Pero además, Santullo se olvida de que cualquier logro social de la humanidad, desde la independencia de los países latinamericanos hasta el matrimonio igualitario, se logró mediante el apriete, el escrache o la violencia física (equivalente al mal uso que Santullo hace del término "asesinar"). Santullo se olvida que en todo cambio social hay un grupo que se resiste a los cambios (en muchos casos los mismos que provocaron los cambios anteriores) y que están dispuestos a ciertos niveles de violencia para defender su statu quo, y que ante esta resistencia natural de las sociedades, los que lideran la corriente reformista o revolucionaria pueden o bien asumir su incapacidad histórica para generar los cambios o bien ejercer algún nivel de violencia, sea esta presionar o hacer lobby con parlamentarios y dirigentes de algunos sectores partidarios para que aprueban una ley o bien tomar las armas y luchar contra aquel al que consideren opresor.
  Oponerse a esta violencia reformadora o revolucionaria no es sino defender la violencia conservadora del statu quo, y defender el statu quo democrático liberal por encima de las necesidades fisiológicas y sociales del ser humano[7] es, disculpe King Kong, de gorila.

La necesidad histórica y la pseudociencia

  No me extraña que Santullo no sea marxista, más aun, me extrañaría que lo fuera. Por eso no me parece raro que coloque al concepto de "necesidads histórica" como "tontería ideológica pseudo científica, (...) imposible de contrastar pero, eso si, de color rojo sangre y muy emocional".  Pero si discutiré sus conceptos de "tontería", "ideología" y "pseudociencia" que Santullo propone como elementos negativos.
  Primero, la RAE define tontería de la siguiente manera: "1. f. Cualidad de tonto. 2. f. Dicho o hecho tonto. 3. f. Dicho o hecho sin importancia. 4. f. Cosa de poca entidad o importancia." El caracter recursivo de las dos primera asepciones nos dirige directamente a las otras dos. Por lo que se ve, Santullo considera que la eliminación de la lógica del capital y sus consecuencias (exclusión como consecuencia de la acumulación, producción devastadora de los recursos naturales, etc), que él mismo acepta que existen, es una cosa de poca importancia, al parecer, la preservación de la vida en la tierra (condenada a desaparecer en los próximos siglo si se mantiene la actual estructura productiva y energética) es un asunto de poca importancia. Pues lo que pasa, es que la eliminación del capitalismo no es necesaria por un orden teleológico de la historia que orienta los actos humanos y sociales a un orden definitvo sino por que de lo contrario no habrá más humanidad.
  Por otro lado, desde la definición de ideología que utiliza Santullo, la necesidad histórica es ideológica, pero no lo son menos la democracia liberal, la selección uruguaya o sus concepto de no-violencia, con la única diferencia de que la necesidad histórica es explícitamente un concepto ideológico mientras que la democracia liberal burgesa y la libertad defendida por él es solo una de las posibles libertades (todas definidas ideológicamente) y los conceptos supuestamente científicos de las ciencias sociales (desarrollo, inflación, multiculturalismo) también lo son, pero se presentan como si fueran verdades ónticas.
  Finalmente, Santullo refiere a la pseudociencia, pero en sí todas las ciencias sociales son epistemológicamente pseudocientíficas por varias razones, más adelante trabajaré sobre esto pero una de ellas es que son disciplinas donde no existe una base axiológica definida y consensuada sino que existen varios paradigmas en conflicto. La diferencia entre Delacoste y Santullo es que Delacoste sabe que el materialismo histórico es una forma de entender la sociedad mientras que Santullo no se da cuenta que el estructural-funcionalismo al que la academia suele denominar "científico" no es más exacto que los otros modelos explicativos, de hecho, la demostración estadística contradice la Relación de Incertidumbre de Heisenberg ya que coloca en la observación "objetiva" todo el peso de la demostración sin tener en cuenta que la construcción de las herramientas, la medición y el posterior análisis de los datos construyen en gran medida el objeto estudiado.

A modo de conclusión, Santullo y la fiesta

   Entonces, así como Santullo denuncia el apasionamiento que se adueña de la política, bien podríamos denunciar su frigidez, su incapacidad para comprometerse políticamente. Pero claro que esta denuncia no debe ser entendida en tanto acto de defensa de la acción iracional sino en tanto que defensa de la acción comprometida en contra de una supuesta objetividad y equidistancia que no es más que la consecuencia natural de la genuflexia epistemológica tan afín a los profesionales de la tecnocracia, genuflexia epistemológica que lleva a pensar que aquellas condiciones que están dadas actualmente son naturales y necesarias y por este statu quo conceptual se justifica la defensa irrestricta de las actuales condiciones objetivas, sean cuales sean sus consecuencias sociales.
   Y esa frigidez, ese estancamiento conceptual de la vida social con su implícita legitimación de la objetividad de juicio (por cierto, una ptraña) es la principal arma contrarrevolucionaria, pues a fín de cuentas, "las revoluciones proletarias serán fiestas o no serán, porque la vida misma que anuncian será creada bajo el signo de la fiesta. El juego es la racionalidad última de esta fiesta; susúnicas reglas, vivir sin tiempo muerto  gozar sin límites."[8]



Notas
[1] Pareciera que Santullo (al igual que los posproductores de Prohibido pensar) creen que la gente no se va a interesar por un hilo conceptual y por eso hace un rapeo, bastante mediocre por cierto. Algún día tal vez haga una nota sobre esto desde una perspectiva McLuhaniana.
[2] Por razones éticas y estéticas citaré a Santullo en prosa y no en ese paupérrimo verso en que publica.
[3] Ya hice una mensión a esto en este artículo.
[4] Este planteo de la mirada dóxica me lo hizo ver luliexperiment.
[5] En ese sentido me parece sumamente patente el caracter de clase media conservadora que se ve en el enunciado "Ya ahí la pasión, la superioridad moral que se le supone a la "bondad" de la medida le pasó completamente por arriba a los argumentos, al debate franco y honesto que recordaba que en lo publico el trabajador existe para el puesto y no al revés" donde se ve una mirada sobre el funcionariado público tan conservadora que marea.
[6] Baste con recordar lo que pasó en los balcanes cuando el consenso alrededor de la Yugoslavia de Tito se disolvió y la paz que habían mantenido durante años naciones que se habían peleado durante miles de años terminó.
[7] Prefiero este término al de "derechos humanos", el concepto de derechos humanos es heredero de la tradición burguesa e implica una dimensión de posibilidad, es posible que un humano tenga estos derechos pero no es necesario. La idea de necesidad implica que sin ellas el ser humano no es tal por lo que, mientras la idea de derechos humanos implica una cuestión legal, la de necesidades implica una cuestión ontológica.
[8] Guy Debord, Sobre la miseria estudiantil.

viernes, 3 de mayo de 2013

La verdad manifestada y la dialéctica electoral

  Ahora resulta que nos sorprende que Tabaré Vázquez (ese imponderable que llevará a la izquierda a su tercer gobierno) esté en contra de la legalización del aborto y que en ese marco participe en una jornada en la Universidad de Montevideo, ese bastión del conservadurismo fascista católico al que llamamos Opus Dei[1].
  La verdad que no entiendo por qué nos sorprende tanto, personalmente, me parece de lo más esperable, incluso me parece bastante coherente. Lo que si me sorprende es la axiomática tendencia de los dirigentes y militantes frenteamplistas a aceptar estos excesos por la derecha de alguien a quien han erguido como el mesías electoral del socialismo burocráticio que ellos encarnan, y más aun me sorprende nuestra incapacidad (de los militantes, pensadores o ciudadanos de izquierda) para reaccionar ante el atropello personalista de una fuerza burocrática, burocratizada y burocratizante por mantenerse en el ejercicio del estado.

El Frente Amplio y el imperativo electoral

  El Frente Amplio, y por extensión la militancia orgánica, ya no entiende una forma de hacer política diferente a la forma burocrática del estado liberal burgués al que llamamos estado de derecho, por eso han restringido su acción política al voto o, en los casos que lo alcancen, al gobierno. Y por eso, por haber encerrado la práctica de la política dentro de los muros de la institucionalidad, bien lejos de las calles donde se daban sus grandes movilizaciones, es que este Frente Amplio ha perdido su gran capacidad aglutinante, es por eso que no encuentra en las masas la defensa de su gobierno que tanto reclama, porque es incapaz de generar una militancia efusiva y vital que convierta a cualquier movilización del Frente en una celebración de la mera posibilidad revolucionaria, o al menos socialista.
  Pero como el Frente ha convertido al triunfo electoral y no al cambio social en el objeto de la política, se encuentra en la dificultad de tener que atraer electores y no en cambiar las ideas circulantes en la sociedad. Por eso aspira a conquistar al centro en vez de convertir al centro en izquierda y con un criterio de campana de Gauss mover el centro a la izquierda para así mover la derecha al centro.
  Y al enfrascarse en la lucha por el centro, por el ciudadano orgánico y despolitizado, el Frente tiene que adaptarse a sus expectativas, y las espectativas de este ciudadano promedio, totalmente domesticado por la cultura del espectáculo y el marketing, son las de comprar un producto o consumir un servicio. Y si este Frente mercancía no atrae a los jóvenes como hace tiempo no es porque no se adapte a las nuevas herramientas de comunicación como facebook o la murga joven, es que el Frente es un producto muy poco atractivo para una masa de consumidores que no están interesados en la tristeza del mensaje frentista, mensaje marcado por la juventud trunca de los dirigentes que vivieron el período del terrorismo de estado.
  Y entonces, el precio que ha pagado el Frente por convertirse lo más rápido posible en gobierno ha sido, a mi entender, demasiado alto, ha hipotecado su capacidad conceptual perdiendo así su capacidad de generar intelectuales orgánicos, se ha convertido en un partido genérico sin una base ideológica fuerte incapaz de ser considerado el motor de un cambio social y por lo tanto, no tan distinto de los partidos históricos.


Tabaré Vázquez y el destino manifiesto

  Y cuando el Frente elije a Vázquez como la imparable locomotora que lo llevará al ansiado tercer gobierno se somete a su voluntad con tal de tenerlo como líder. A tal punto llega la sumisión del Frente a Vázquez que a un año de las elecciones internas, la mayoría de los sectores y dirigentes sigue esperando expectantes la decisión de Vázquez respecto a su candidatura y ni siquiera se vislumbra el asomar de cualquier posible candidato alternativo poniendo en jaque al partido entero en caso de que Vázquez decline de la candidatura, sea porque no ve un panorama favorable o porque no consigue la sumisión del partido.
  Cualquier partido de izquierda en el mundo solicitaría la renuncia de un dirigente que asume como viable la sumisión a George Bush a cambio de su intervención en un posible conflicto con un país vecino, más aun si en ese conflicto el papel de Uruguay es la defensa de los intereses de una compañía transnacional y si el gobierno del país vecino es afín (de alguna manera) con la fuerza política. Pero en el caso de Tabaré Vázquez eso se perdona, porque con Tabaré Vázquez seguro se gana.
  Algo parecido sucede cuando el partido decide (en mi opinión, equivocadamente) que la legalización del aborto es un asunto político y el inefable líder expresa por todos los lados posibles que está radicalmente en contra de esa decisión. Pero, una vez más, el Frente hace la vista gorda y deja a su líder hacer lo que quiera.
  La esrtrategia de Vázquez parece ser la de tensar la cuerda, obligar al partido a aceptar acciones cada vez más independientes, a convertirlo cada vez más en una fuerza personalista que dependa psicológicamente de él y así imponer su voluntad, algo semejante a lo que hizo Felipe González con el PSOE al obligarlo a quitar el marxismo de sus estatutos. De esta forma, Vázquez podrá en el futuro hacer y deshacer a su antojo sin ataduras ideológicas.

Y sin embargo...

  Pero a pesar de lo que haga el Frente, de lo inconsistente ideológicamente de sus sectores principales y dirigentes y de su nula voluntad de cambiar la sociedad desde el gobierno, nosotros, los militantes, pensadores y ciudadanos de izquierda seguimos votándolos, seguimos comiéndonos la pastilla de "el proyecto político del Frente Amplio"[2] que Vázquez opone al de la derecha, y que no es más que el de un capitalismo burocrático y tecnocrático, anquilosado en su torpeza y sin posibilidad de verdadera justicia social sino tan solo un vago goteo sustentado por políticas impositivas ineficientes y que ante cualquier revés electoral serán fácilmente derogables para volver a una desregulación e incluso impulsar una nueva, aun mayor y apoyada en las desregulaciones que el propio Frente ya ha aplicado (participaciones público-privadas, leyes de promoción de inversiones, tercerizaciones, represión sindical, etc.).
  Es que no parece haber alternativa, parecemos condenados a elegir entre la incapacidad frentista o la incapacidad rosada, entre los herederos de la vieja oligarquía o los representantes de la nueva tecno-burocracia a sabiendas que una actitud como la que tomamos en las pasadas municipales de Montevideo[3] pero que en lo nacional podría costar bastante.
  Y tal vez no tengamos más remedio que votar a este panfleto barato, pero estaría bueno pensar si es efectivamente necesario, si no hay otra forma de luchas por el cambio social, si no hay otra manera de pensar el camino al socialismo que la burocratización partidaria, si acaso ya no existe la posibilidad de la Revolución.


Notas
[1] Ver Brecha, 3 de mayo de 2013. Igualmente a mi me preocupa menos su oposición al aborto que su vínculo con el Opus Dei y otras instituciones de derecha. El asunto en cuestión se centra en un libro llamado Veto al aborto: Estudios interdisciplinarios sobre las 15 tesis del presidente Tabaré Vázquez, compilación de artículos de Leslie van Rompaey (ex presidente de la SCJ), Leonardo Costa (abogado y miembro del Partido Colorado), Pedro Montano (profesor de derecho penal de la UdelaR, vinculado al Opus Dei), Nicolás Etcheverry (abogado, decano de la Facultad de Derecho de la UM), Cecilia Hackembruch (médico especializada no en salúd sino en administración, docente de la administración de empresas de la salud en la UM, vinculada al Opus Dei), Santiago Altieri (abogado, docente de la UM), Eduardo Esteva Gallicchio (abogado, ex docente de UdelaR y UCUDAL, uno de quienes presentó los recursos contra el ICIR), Pablo Sandonato (PhD en derecho internacional, docente de la UM, miembro del SNI y miembro de la orden de Malta), Carmen Asiaín (abogada, docente de UM), Marie Lourdes González (médico obstetra especializada en bioética, docente de UdelaR, UCUDAL y CLAEH), Alfredo Solari (médico, ministro de Salud durante parte de las presidencias de Lacalle y la segundo de Sanguinetti, actualmente es senador por Vamos Uruguay-PC), Héctor Lescano (veterinario, ex diputado, ministro de turismo durante la presidencia de Vázquez y el principio de la de Mujica, único ministro que se declaró a favor del veto presidencial al aborto, miembro del PDC-FA), Daniel Radío (médico, diputado por el PI), Lincoln Maiztegui (profesor de historia, periodista explícitamente identificado con la derecha) y Verónica Alonso (licenciada en relaciones internacionales, diputada del PN). Como se verá no hay ningún representante del progresismo (mucho menos de la izquierda) ni de ninguna disciplina social sino solo abogados, algunos médicos y políticos por lo que el enfoque está léjos de ser interdisciplinario, además de ser bastante recalcitrante.
[2] Sobre este proyecto escribí en este artículo.
[3] Digamos que votar en blanco fue muy fácil, ya sabíamos que el Frente ganaba aun con una berengena de candidato.

lunes, 8 de abril de 2013

Margareth Thatcher


Dios los cría y ellos se juntan


Finalmente Margareth Thatcher hizo caso a lo que le pedía desde hace décadas cualquier persona con un poquito de sensatez y respeto hacia el ser humano, se murió.

viernes, 29 de marzo de 2013

La conquista del oeste

   La verdad que a mi la cumbia (eso a lo que acá y en Argentina llamamos cumbia y que nada tiene que ver con la cumbia colombiana) no me gusta, nunca me gustó, yo era de los boludos que en vez de ir a Vantix con los chetos o al Euskaro con los terrajas me quedaba escuchando los Buitres o jugando al Starcraft, si ya se, soy una especie de nerd roquero.
   Tampoco me gustan los artistas novedosos, ni los que escriben poesía sobre facebook, ni los que sacan fotos de ellos en una fiesta o en el water o en donde sea y que se ven amateur (no se si usan una cámara fea, si revelan mal o si se pasan horas en el photoshop editando las imágenes) pero también medio publicitarias, ni los que hacen murales pop todos iguales entre sí, ni esas bandas denominadas indie medio tristeza Tom Yorque y medio ingenuidad Chris Martin y mucho menos me gustan los que juntando unas boludeces que bajaron de internet más tres clips que filmaron con su Canon 7D hacen un video low-fi.

   No se asusten, este no es un catálogo de cosas que no me gustan, simplemente me pareció interesante expresar mi opinión sobre cosas que hasta hace poco parecían inmensamente lejanas. Pero como la "cultura creativa" de los hipsters siempre nos sorprende, hoy podemos decir que lo terraja-popular y lo cool-vanguardista[1] se unen y que nuestra pedorra escena cultural se viste de gala para recibir a aquellos a los que unos años atrás miraban con desdén.

Los chicos lindos y la bailanta

   El asunto empezó hace ya bastante tiempo, voy a citar varios ejemplos en los que fui viendo como iba el asunto.
   Hace cuatro años en la fiesta de La Diaria, en ella, los chicos progres de la cultura uruguaya se juntaban afuera de la redacción del diario, y ahí, tomando cerveza en la calle, vi como los mismos chicos lindos que veía cuando tocaban Buenos Muchachos o La hermana Menor estaban bailando cumbias de Monterojo o Sombras, fue una primera sorpresa, no entendía bien de qué iba.
   Poco después, en 2011, sale el primer disco solista de Juan Campodónico, el productor que había convertido a El cuarteto de nos de una banda crota en una bandita para chetos, sacaba un disco que, como era esperable, sonaba a lo que hacía dos años estaba de moda en Estados Unidos, mucha máquina pero poco ruido. Y en medio de ese disco anodino, con melodías suaves, difícil de distinguirlo de cualquier otro, estaba un tema llamado "Cumbio", el tema más ruidoso del disco (lo cual no es decir nada porque en realidad el tema es también muy light), con algunos arreglos clisé que se podrían asociar a la cumbia, una especie de caricatura cheta de la cumbia.
   Más o menos al mismo tiempo, en Buenos Aires, los chetos se empezaron a aburrir de las bandas de La Plata y empezaron a armar fiestas de cumbia, la idea era que había una "cumbia de autor"[2] que era novedosa y que representaba una forma cultural muy buena ante la que había que sacarse los prejuicios, de repente los nenes lindos iban a Palermo pero a bailar Damas gratis o Amar azul, e incluso hacían sus propias bandas donde chicos con bigotito o gorras de visera estilo skate tocan unas cumbias algo estilizadas[3], medio tarde pero ya empezaba a notar el patrón.
   Algo parecido había empezado a darse en Perú donde los chicos blancos de Lima se empezaron a interesar por la música que siempre habían despreciado, la cumbia folclórica de los indios pobres, en palabras de un investigador del tema, "de pronto bailan esta música en sus fiestas; y todo ha sido a causa de una recopilación titulada Roots of Chicha: Psychodelic Cumbias from Peru. Roots of Chicha fue publicada por un sello de Brooklyn, dirigido por franceses, llamado Barbés. La procedencia cool y neoyorkina del disco ha permitido a esos chicos ver la cumbia de forma diferente"[4].

   Posteriormente noté como esta tendencia a achicar la brecha entre terraja y cool se repetía, pero esta semana llegó al punto más bizarro, el jueves pasado (22 de marzo de 2013) en el Centro Cultural de España (CCE) tocó la Sonora Borinquen, un conjunto tradicional de música tropical montevideana. Si, la orquesta más importante de música tropical de los setenta y principio de los ochenta, despreciada históricamente por los intelectuales, los roqueros y los hipsters toca en una de las instituciones más pujantes del "vanguardismo" hipster, una de los principales reductos indie, los poetas chetos y los artistas "conceptuales"[5]. Por primera vez en su historia el CCE recibió a alguien que no viene de la intelectualidad progre. Esto ya era demasiado, tenía que haber algo atrás.

Entre el policlasismo y lo banal

   Acá alguien podría decirme que esto es en realidad algo bueno, que finalmente las clases altas se sacaron los prejuicios y empezaron a disfrutar de la cultura popular, pero a mi me cuesta verlo desde ahí, a mi más bien me suena a que, en su rotación por ser siempre novedosos, a los chicos bien les llegó la hora de la cumbia, tal como en otro momento fueron la electrónica, el brit pop, el rock indie, el chill-out o lo que fuera. Porque lo interesante es que los gestores de esta nueva olita tropical son los mismos que han estado vinculados a cada uno de estos momentos del ambiente cool.
   Y es que, como hacen con todo, los nuevos cultores de la cumbia no escatiman en argumentos para defender esa música que antes despreciaban, o más bien para defender su posición actual de cultores vanguardistas, y a los que están por fuera fácilmente se los tacha de cerrados, de prejuiciosos, de conservadores. Y estos argumentos llegan a un grado de radicalidad que no debe extrañarnos que alguien compare a dos chicas que evidenciaron lo que ya todos sabíamos con Duchamp[6] o a Capodónico con Brian Eno.
   Pero no, en realidad ni Variables  es una obra de arte vanguardista y política ni Campodónico tiene un pelo de genialidad progresiva, más bien todo se parece a algo que alguna vez, hace ya mucho tiempo, pudo haberse considerado genial o alocado o incluso, en algún sentido, revolucionario. Agapornis[7] es una porquería y los ready mades dejaron de ser novedosos hace cuarenta años, lo único que queda hoy en ellos es la mueca de alguien que solía ser algo y hoy es solo la mueca, con mucho más que ver con Pomelo que Juanse.

Lo hipster, breve entrada al mundo cool

   Un reciente trabajo sobre el tema asegura que “El movimiento hipster representa lo que les puede suceder a los blancos de clase media y a los pertenecientes a la élite cuando dedican todos sus esfuerzos a una lucha que sólo busca el placer y el lujo -viendo tal lucha como algo audaz y agresivo- en lugar de preguntarse si son merecedores de ese placer y ese lujo, si su satisfacción causa el sufrimiento de otras personas, y en qué medida su «rebelión» tiene puntos en común con otras luchas sociales a las que cualquiera que deteste la autoridad se podría sumar”[8]. En otras palabras, lo hipster es lo que sucede cuando a un niño lindo le dan un montón de seguridades materiales y libertad simbólica en una sociedad en aparente prosperidad donde la competencia se presenta como el camino para sacar lo mejor de cada uno, el resultado es entonces un cultor de lo novedoso-aparente, de lo refinado-aparente pero incapaz de cuestionarse en lo más mínimo acerca de su lugar en el mundo, incapaz de pensar más allá de las tendencias actuales del pensamiento (desde las banditas indie hasta los derechos humanos), incapaz de desarrollar un pensamiento dialéctico; el fruto de la formación de productores de cultura pero más aun de gestores, curadores y empresarios culturales, de la reproducción artificial (mediante los órganos de la hegemonía gramscianos) de una hipertrofia estética vacía de sentido, de una sociedad en que el capital social derivado de atributos superficiales tales como la vestimenta o el gusto se convierten en el objetivo de toda acción social (en sentido weberiano).

   Si la posmodernidad, en tanto lógica cultural del capitalismo tardío, es la dilución de la autonomía de la cultura sustituida por una sociedad donde todo es cultural y simbólico y el campo de la cultura se ha convertido en la nueva gran industria[9], si la cultura es actualmente uno de los principales modos de generación de riqueza y por eso hay que dinamizarlo, entonces se hace necesario que, tal como con los productos electrónicos, la cultura y en particular el gusto cultural tenga un rápido ciclo de obsolescencia, es necesario que las modas o tendencias cambien más rápido que antes para mantener el dinamismo de esta industria[10] que sustenta en gran medida las economías de las naciones progresistas.
   Por lo tanto, el eclecticismo y la renovación constante del hipster no son la marca de un inconforme simbólico que constantemente busca nuevos productos culturales para consumir, no soporta el estancamiento y que trata de revelarse constantemente contra una tendencia ya demasiado extendida, no, el hipster no es ni cerca la "revolución simbólica permanente"[11], es, muy por el contrario, el perfecto líder de opinión de una economía que necesita dinamizar el consumo de mercancías simbólicas, es el consumidor ideal de una industria cultural con obsolescencia programada.
   El hipster no es en inconforme cultural en busca siempre de nuevas formas simbólicas (llámense estilos, vanguardias o tendencias), el hipster es el máximo conservador contemporaneo, el conformista estructural que cambia su apariencia y su gusto cada semana para ni pensar en cambiar las condiciones materiales de existencia. Por más que ponga en facebook "liberen al Tibet", coma productos naturales y escuche bandas alternativas el hipster es, en cualquiera de sus facetas (desde el artista conceptual hasta el gestor cultural) el intelectual orgánico de una sociedad en que la cultura está lejos de ser solo superestructura y se convierte en una de las formas principales de generación de riqueza.


Notas
[1] A mi no me parecen nada vanguardistas pero dejémolos llamarse a sí mismos así.
[2] A los hipsters les gusta todo de autor, será por leer cahiers.
[3] Sobre esto ver http://www.lanacion.com.ar/1495681-vamos-la-cumbia-la-nueva-marcha-tropical
[4] Jace Clayton “Los vampiros de Lima" en Mark Greif (editor) ¿Qué fue “lo hipster”? Una investigación sociológica.
[5] Me parece muy gracioso que se llame "arte conceptual" al arte que para ser comprendido necesita de una explicación paratextual, es como que para ser conceptual el arte necesita ser incapaz de expresar, siquiera vagamente, un concepto.
[6] Ver http://agustinaeugenia.com/obras-2/variables-2/.
[7] Banda argentina formada en torno a un club de rugby de La Plata que mezcla Gilda con Miranda!, ver http://es.wikipedia.org/wiki/Agapornis_%28banda%29.
[8] Mark Greif (editor) ¿Qué fue “lo hipster”? Una investigación sociológica.
[9] Sobre esto ver Fredric Jameson, Teoría de la posmodernidad.
[10] Por eso se hace tanto hincapié desde los gobiernos y desde las universidades en eso a lo que llaman "industrias creativas".
[11] Algo más parecido a esto podría ser cierto tipo de intervención urbana o los más eclécticos músicos de rock progresivo por ejemplo. De hecho, ser un hipster es extremadamente fácil y exige muy poco esfuerzo, ver https://sites.google.com/site/modehipster/como-ser-hipster-en-10-pasos.

jueves, 7 de marzo de 2013

Por qué no se callaba

   Todo el mundo sabe que murió Chávez, murió de cancer luego de veinte meses luchando contra la enfermedad y de catorce años de conducir un país al que convirtió de un paraíso para el capital (en particular el estadounidense y el español) en un país soberano. Como presidente de Venezuela, Chávez tuvo la valentía de enfrentar al liderazgo mundial que pretendía George Bush pero también de fortalecer las relaciones regionales siendo sin lugar a dudas el gestor de la actual situación geopolítica americana en la que por primera vez en la historia los diferentes países latinoamericanos piensan su diplomacia y política internacional primero hacia la región y recién después hacia el primer mundo. También ha sido un presidente de una generosidad increíble, con su petróleo ayudó a apuntalar a los gobiernos progresistas vendiéndoles petróleo barato o en muchísimas cuotas.
   No puedo negar que siempre he tenido bastantes discrepancias con Chávez, sobre todo de su idolatrización de Bolivar, su nacionalismo ingenuo y sobre todo su personalismo, personalismo que puede costarle caro a su PSUV. Tampoco creí nunca que el socialismo del siglo XXI fuera muy socialista, me sonaba más bien a un estado poderoso pero no muy eficiente ni efectivo en sus pretensiones de políticas sociales, pero también como una herramienta con gran potencial a futuro, no como el socialismo al que Vázquez y Lula solo nombran para quedar bien pero si como la herramienta a la que Dilma y Mujica le temen más que a la muerte.
   También fue un hombre de violencias, de diferentes violencias, pero todos sabemos que ninguna revolución se hizo con caricias y besos, y las que lo pretendieron o bien terminaron en los peores liberalismos progres (Uruguay) o en los más radicales fiascos (Chile). Pero sobre esto ya habló otra persona, recomiendo enfáticamente leer El primero de nosotros de Gabriel Delacoste en Fósforo.
   Pero tampoco puedo negar que, sin lugar a dudas, la vida de los venezolanos ha cambiado para mejor. Venezuela nunca será la misma, Chávez la convirtió en una nación orgullosa de sí misma y no en otro baldío de soberanía donde el capital llega, levanta su carpa, hace un poco de circo diciendo que va a haber trabajo para todos y luego, cuando los leones ya se comieron a todos los gatos y perros del barrio, levantan campamento y se van a la mierda sin responsabilizarse de nada.
   Chávez tuvo la inmensa previsión de saber que con una constitución y una institucionalidad creada para el fomento de la acumulación capitalista no iba a llegar a ningún lado y por eso ni bien ganó las elecciones se dispuso a cambiarla, previsión que también tuvieron Evo y Correa, los otros dos presidentes que han cambiado en algo las estructuras económicas de sus países pero que no le interesó ni al Kirchnerismo ni al PT y mucho menos al pequeñoburgués y continuista Frente Amplio.

    Varias medidas, políticas o episodios podrían ser resaltados de sus catorce años de gobierno o de los años anteriores en los cuales ya era una figura política relevante pero me voy a centrar en una bastante menor en términos políticos pero que debido a su repercusión y su capacidad simbólica me sirve para discutir otras cosas. Me refiero al conocido incidente del "¿Por qué no te callas?" que le propinó el señor Juan Carlos de Borbón, llamado por algunos Rey de España.
   Primero algunos antecedentes, era una cumbre iberoamericana que se realizaba en Santiago de Chile en 2007, el día antes del incidente, Chávez había acusado al ex Presidente del Gobierno español José María Aznar de haber apoyado el golpe de 2002 a la vez que lo tildó de fascista, el día del acontecimiento Zapatero le estaba reclamando a Chávez que tratara con respeto a Aznar porque había sido elegido democráticamente, pero a Chávez eso no le parecía. A continuación el video del momento.



   Pues señor Borbón, le voy a explicar por qué no se callaba.

Aznar, el golpe y el fascismo

   Y bueno Juanca, digamos que Aznar es efectivamente un fascista, y de los buenos, hijo de uno de los principales propagandistas del régimen de Franco y nieto de un destacado político, diplomático y periodista falangista de la primera hora. Pero además es un presidente corrupto que tal como su sucesor en el PP (continuación natural de la falange franquista) se enriqueció con diversos negocios ilícitos hoy en proceso de investigación.
   Por lo tanto, cuando el entonces Presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero dice "Presidente Hugo Chávez, creo que hay una esencia y un principio en el diálogo, y es que, para respetar, y para ser respetado, debemos de procurar no caer en la descalificación. Se puede discrepar radicalmente de las ideas, denunciar las ideas, los comportamientos, sin caer en la descalificación. Nunca" le está errando, nunca hay en las palabras de Chávez descalificación alguna, Aznar es un fascista, su partido es un partido fascista y España es un país donde aun sigue siendo muy fuerte el fascismo posfranquista.
   Además es posible que Aznar haya efectivamente apoyado el golpe de estado de 2002, hay varios indicios que apuntan a ello, a continuación voy a citar algunos:
  • El primer punto que apoya esta afirmación fue un conjunto de declaraciones que en 2004 dio el entonces ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación español, Miguel Ángel Moratinos, en primera instancia dijo que "el embajador español recibió instrucciones de apoyar el golpe"[1] y luego "Creo que he demostrado fehacientemente que mis tres afirmaciones son ciertas: que en Venezuela hubo un golpe de Estado; que el embajador [Manuel] Viturro recibió instrucciones, y que el efecto de dichas instrucciones ayudaba a legitimar el golpe de Estado de la junta cívico-militar, dándole cobertura internacional"[2]. Evidentemente el PP negó el hecho, pero este no es el único indicio.
  • Algo parecido a lo dicho por Moratinos dijo en 2004 quien en 2002 fuera canciller Mexicano Jorge Castañeda, en ocasión de una visita de Chávez a México, Castañeda dijo que "gracias al trabajo de Soledad Alvear [entonces canciller de Chile] y mío el Grupo de Río decidió mandar más bien una declaración de apoyo al orden constitucional" y que España y Estados Unidos por un lado y de Colombia y El Salvador por otro querían apoyar al golpista Pedro Carmona[3].
  • Si efectivamente este intento de parte de los gobiernos español y estadounidense se dio o no es cuestión, por ahora, de a quién creerle, pero si es real que Estados Unidos y España emitieron un comunicado conjunto en el que no condenan el golpe sino que simplemente llaman a la paz y a un rápido encauce democrático[4].
   Son coincidencias bastante elocuentes que al menos dan para pensar mal de un personaje que luego participó activamente en la invasión a Irak. Es por lo tanto bastante entendible esa declaración en la que Chávez dice que "Con Aznar no hubo ni química, ni física ni matemática".

José María Aznar y la legitimidad del gobierno español

   En el momento previo al arrebato real, Rodríguez Zapatero estaba pidiendo a Chávez que respetara a Aznar porque "estamos en una mesa en la que hay gobiernos democráticos, que representan a sus ciudadanos en una comunidad iberoamericana, que tienen como principios esenciales el respeto, el respeto. Se puede estar en las antípodas de una posición ideológica, no seré yo el que esté cerca de las ideas de Aznar, pero el ex presidente Aznar fue elegido por los españoles".
   Bueno, voy a evitar discutir acerca del grado de legitimidad que pueda tener un hombre elegido en medio de una campaña proselitista mediática donde los medios, la educación y la propia institucionalidad conspiran contra el carácter verdaderamente democrático de la elección de autoridades.
   Pero si voy a llamar la atención sobre un detallesito nada menor, España es un reino, la máxima autoridad española sin la cual ninguna ley o gobierno adquiere legitimidad legal es un señor cuyo único mérito es ser hijo de otro señor cuyo único mérito fue ser hijo de otro señor etcétera etcétera.
   Es decir, la Constitución española[6] en su título segundo ("de la Corona") aclara las funciones del rey entre las que se encuentran la sanción y promulgación de las leyes, la convocatoria a elecciones, la convocatoria a referéndum, dar comienzo o finalizar el mandato del Presidente del Gobierno o sus ministros, expedir los decretos del Consejo de Ministros (artículo 62) y si bien también se aclara que estos actos deben ser refrendados por el Presidente del Gobierno, los Ministros y el Presidente del Congreso (artículo 64), nada se dice en el caso que el rey decida no hacer alguna de estas cosas, es decir, si el rey así lo desea puede no llamar a elecciones y no dar por terminada la presidencia del gobierno o no promulgar una ley y sobre eso la Constitución no dice nada, se ve entonces que por más que la Constitución enmarca al rey en un ámbito más bien simbólico igualmente le reserva, no por texto expreso sino por omisión, un derecho a veto superior a un veto ejecutivo, algo así como un veto divino.

Pero ¿qué carajo hacía ese señor ahí?

   La repuesta es muy sencilla, estaba jediendo en un lugar donde no debería estar, estaba en un encuentro de dirigentes nacionales siendo que él es el último descendiente de una de las casas dinásticas más repugnantes de la historia europea. Recapitulemos un poco, este señor pertenece a la misma casa dinástica que los grandes monarcas absolutos franceses y que los aun más absolutos borbones españoles. Es heredero de la inquisición, de la esclavitud y del totalitarismo de derecho divino.
   Tampoco hay que olvidar que Juan Carlos es el heredero designado por Franco para sucederlo por lo que su monarquía y por lo tanto la democracia española que él enjendró es continuadora legítima del franquismo, y por eso es tan común ver dirigentes fascistas o sus descendientes en el gobierno o que la justicia española no solo no toca las violaciones de los derechos humanos del período franquista sino que remuevan a quien trata de hacerlo (como el caso de Baltasar Garzón).

Algunas huellas de los Borbón en la historia americana
 
   Esta casa Borbón fue responsable de gran parte del saqueo a América a la vez que continuadora de la casta de Austria, la que empezó el saqueo, también ambas casas fueron responsables y culpables de la introducción de la esclavitud negra e indígena en América latina.
   Si bien no encontré registros oficiales del saqueo durante el período Borbón, si encontré un registro sobre el saqueo entre 1503 y 1660. Entre esos años llegaron al puerto de Sanlúcar de Barrameda (principal puerto de llegada de los metales usurpados) 185000 (ciento ochentaicinco mil) kilogramos de oro y 16000000 (dieciséis millones) de plata, hoy jueves 7 de marzo a las 11 horas de Nueva York la onza de oro está a 1577,30 dólares y la de plata a 28,92 [7]. Si tenemos en cuenta que una onza equivale a 0,0283495231 kilogramos podemos hacer los siguientes cálculos:
  • El precio del kilogramo de oro se calcula multiplicando el precio por onza (U$S 1.577,30) por el factor 0,0283495231, eso nos da unos 55.637,62 dólares por kilogramo de oro.
  • Si multiplicamos el precio del kilogramo de oro (U$S 55.637,62) por los 185.000 kilogramos que España robó de América nos da unos 10.292.959.743 dólares, es decir, más de diez mil millones de dólares, y esto sin los intereses de tantos años.
  • El precio del kilogramo de plata se calcula multiplicando el precio por onza (28,92) por el factor 0,0283495231, eso nos da unos 1.020,12 dólares por kilogramo de plata.
  • Si multiplicamos el precio del kilogramo de plata (U$S 1.020,12) por los 16.000.000 de kilogramos que España robó de Amñerica nos da unos 16.321.967.688 dólares, es decir, más de dieciséis mil millones de dólares, y esto también sin los intereses de tantos años.
   No solo el señor Juan Carlos nunca intentó devolver ese dinero (que si contáramos los intereses sería una cantidad inabarcable) sino que además nunca intentó siquiera articular una disculpa por lo que hizo la tradición que lo legitima como Rey.

   Creo entonces que no podemos más que entender a Chávez cuando dice "espero que esto no empañe las relaciones, pero sí me parece un exabrupto que venga un rey a gritarle a un presidente: “Ahora cállate”"

Las incomodidades de Juan Carlos

   ¿Y qué fue lo que molestó tanto a este señor? Pues muy sencillo, lo molestó que en América no tratemos como superior a alguien por el simple hecho de ser heredero de unos señores que decían haber sido elegidos por Dios para ejercer una monarquía absoluta, lo molestó que en América no nos sigamos comiendo (al menos algunos) las mentiras de hermandad que nos intentan vender quienes han sido durante siglos (y siguen siendo en parte) nuestros opresores y saqueadores, lo molestó que tres presidentes de naciones más o menos soberanas (Venezuela, Nicaragua y Cuba) criticaran la actitud voraz y nefasta de los capitales españoles que pagan (en parte) con sus impuesto el estilo de vida aristocrático del que él obscenamente goza mientras su nación sufre las consecuencias de los gobiernos posfascistas que él legitima.
   Por eso Juan Carlos atacó a Chávez, por eso Juan Carlos se levantó y se fue cuando Daniel Ortega (que hoy día no me parece para nada un gran revolucionario) criticaba la espantosa e indefendible gestión de la empresa española Unión Fenosa a cargo de la electricidad nicaragüense y por eso no estuvo durante la entonación del himno de Chile que cerraba protocolarmente la asamblea.

   Es que este tipo se cree, al igual que sus antecesores, que es superior al resto de la gente, se cree que realmente fue elegido por Dios para regir a su nación y se cree que nosotros los Americanos no somos sino unos súbditos de tercera que debemos respetar y obedecer todo lo que se le cantaba.
   Pero no señor Borbón, en América hay algunos que tienen dignidad, que tienen autorespeto y que consideran que los hombres tienen que ser todos sujetos de derechos por igual, hay algunos que piensan que la soberanía de una nación no es un protocolo que las naciones poderosas (o con pretensión de poder como su hace siglos decadente reino) pueden esquivar cuando se les antoja, hay quienes piensan que usted no tiene nada que hacer en América latina, que es un nefasto personaje con pretensiones de grandeza divina y que no tiene ningún derecho a defender a los fascistas golpistas descendientes de funcionarios de una de las más sangrientas dictaduras que asolaron al mundo moderno y de la que usted es parte, heredero y continuador.
   El presidente Chávez era una de esas personas y por eso no se callaba.


Referencias
[1] http://www.elmundo.es/elmundo/2004/11/23/espana/1101172874.html
[2] http://elpais.com/diario/2004/12/02/espana/1101942001_850215.html
[3] http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/extremadura/espana-quiso-reconocer-golpe-contra-chavez_143694.html
[4] http://www.derechos.org/nizkor/venezuela/doc/usaesp.html
[5] http://www.elmundo.es/elmundo/2004/11/23/espana/1101204157.html
[6] Disponible en http://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1978-31229
[7] Según http://www.consultoraminera.com/blog/2011/01/precios-de-metales-en-tiempo-real/
[8] http://es.wikipedia.org/wiki/%C2%BFPor_qu%C3%A9_no_te_callas%3F#cite_ref-No_vi_ni_o.C3.AD_al_rey_10-0

lunes, 25 de febrero de 2013

Dialéctica de la concentración

   Hoy lunes 25 de febrero se realizará una concentración en la Plaza Libertad en repudio a dos decisiones de la Suprema Corte de Justicia, estas son el "traslado" de la Jueza Mariana Mota y la declaración de inconstitucionalidad de la ley 18.831 que recuperaba la pretención punitiva del estado. Además, el Frente Amplio (uno de los convocantes a la marcha) podría patrocinar un juicio político a la corte por considerar que actuó mal en el traslado de Mota.
   Yo voy a ir a la concentración, no por la convocatoria del Frente sino porque considero que la Suprema Corte de Justicia es por definición un órgano de la burguesía y sus testaferros (voy a publicar algo sobre esto pronto) y quiero manifestar mi repudio (aunque no creo que les importe).
   A mi no me preocupa tanto que los responsables materiales del terrorismo de estado sean castigados, preferiría que los sean sus autores intelectuales (de Kissinger y Milton Friedman a Sanguinetti y Vegh Villegas), pero si me parece un mal signo que nuestra sociedad no sea capaz de eliminar una normativa que prefigura la posibilidad de que en otro momento, un grupo de personas vuelva a recurrir al terrorismo de estado para imponer políticas externas (ver artículo anterior).
   Pero también quiero discutir algunas cosas sobre el asunto, sobre todo porque estos temas se terminan discutiendo en una lógica de bandos y se pierde la mirada dialéctica.

La Suprema Corte de Justicia y la independencia de poderes

   Un principio fundamental en que basa el estado de derecho (léase el estado burgués), es en la separación de poderes, esa separación de poderes permite a los diferentes órganos del sistema actuar con autonomía del resto del sistema político y también, y sobre todo, que cuando un órgano se desvía de la poiesis (organización) del sistema, los otros órganos y el aparataje paraestatal (los medios masivos, los partidos políticos, el ejército, las patronales, etc.) se encargan de estabilizar el sistema devolviéndole su estasis (estado) original.
   Así, cuando un órgano se separa de la conducta apropiada, sea esto por corrupción, amiguismo o principios, los otros órganos actúan rápidamente para defender el status quo del sistema liberal burgués.
   Por lo tanto, no hay que entender la independencia de poderes como una herramienta que desvincula las decisiones de cada poder de las de los demás sino como una función que las vincula al interés del sistema estatal[1].
   Entonces, tanto quienes dicen que las decisiones de la corte obedecen a las presiones que la corporación ha recibido de algunos sectores poderosos como quienes las defienden al decir que la corte está actuando con independencia de poderes, tienen razón, porque el verdadero funcionamiento correcto de la corte es no dejarse presionar por los otros poderes del estado y obedecer ciegamente el status quo del sistema social.
   En este marco, actitudes como las de la jueza Mariana Mota o el fiscal Ricardo Perciballe deben ser consideradas como desviadas y por lo tanto castigadas, no tanto como castigo a estos individuos (aunque en el caso de Perciballe ha de haber sido muy importante salvar el pellejo de varios actores políticos) sino más bien como disciplinamiento a los otros individuos.

El Frente Amplio y la pretensión punitiva

   La ley 18.831 es el desenlace de una historia bastante nefasta, descontento con el resultado del mal planificado y peor defendido plebiscito por la anulación de la ley 15.848 (llamada ley de caducidad), el Frente Amplio se da cuenta que si no hacía algo efectivo para terminar con la ley le sucederían dos cosas que no quería, por un lado, que la comunidad internacional (otro instrumento defensor del status quo) condenara a su gobierno por entorpecer las investigaciones sobre el terrorismo de estado y por otro, que gran parte de su electorado se desencantara aun más con su gobierno. Por ello se embarcan en la redacción de una ley bastante mal armada que recuperara la pretensión punitiva del estado.
   El proceso de la ley fue patético, a las críticas evidentes de la derecha tradicional se sumó el recelo de parte de algunos dirigentes frenteamplistas de votar esta ley, sea porque violentaría la "voluntad popular expresada en las urnas"[2] (cosa respetable) o porque en realidad no les interesaba que la pretensión fuera restaurada como en el caso del actual ministro Fernández Huidobro, quien no solo se manifestó contrario a la anulación de la ley mediante plebiscito sino que volvió a defender esa postura en reiteradas ocasiones.
   Pero finalmente la ley apareció y tras algunos toqueteos tuvo la media sanción del senado, pero cuando llegó a diputados se repitió el patetismo pero esta vez con mucha más intensidad, el presidente Mujica fue a presionar a los diputados frenteamplistas, el vicepresidente Astori lo hizo por la tele y el asunto terminó con que uno de los tantos laderos del presidente se negó a votar haciendo que la ley fracasara.
   Unos meses después, viendo que la popularidad del gobierno estaba bajando, el Frente volvió a presentar una ley con la misma intensión e igual del mal redactada, de hecho la ley no tenía diferencias sustanciales excepto por el contexto, en el primer caso el presidente creyó que su imagen positiva, tanto a nivel nacional como internacional, iba a soportar el enojo de los frenteamplistas más interesados en el castigo al terrorismo de estado, en el segundo, su imagen ya estaba cayendo y el estado ya había sido condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
   De esta manera, el sobredimensionamiento que los tupamaros dan a su victimidad del terrorismo de estado[3] los puso en un problema partidario que terminaron resolviendo a las patadas con leyes mal escritas y a fin de cuentas bastante patéticas.

El gobierno y Mariana Mota

   Que la senadora Lucía Topolanski sea una de las convocantes a la marcha es otro dato interesante, más teniendo en cuenta que desde su entorno se trabajó por el castigo a la jueza, pues no solo la derecha y sus medios orgánicos (El País y Búsqueda) trabajaron por ello.
   No hay que olvidar que la jueza Mota tuvo algunos entredichos con el conocido adalid de los represores ministro Fernández Huidobro, uno por la entrada al batallón 13, conocido como 300 Carlos, la cual fue obstaculizada reiteradas veces por el ministro y otra por la negativa del ministro de dar información sobre el accidente del avión Air Class sucedido en junio, en ambos casos Huidobro protege a los militares sea por su participación en el terrorismo de estado o por la responsabilidad ante la muerte de quienes iban en el avión y desoyeron las advertencias de los pilotos acerca de su mal estado.
   Tampoco hay que olvidar que el presidente Mujica también criticó duramente a la jueza Mota cuando en unas declaraciones al diario argentino Página/12 la jueza dijo lo evidente, que "el proceso judicial uruguayo es lento" y que "no hay una promoción de los derechos humanos", en ese momento el presidente dijo que le llamó la atención que la jueza no haya recibido una advertencia de parte de "la Suprema Corte de Justicia o algo parecido (sic)"[4].
   Ante esto, creo que debería sorprendernos un poco que sea justamente la senadora Topolanski quien dice que "la Cámara de Diputados puede pedirle al Senado el juicio político", más tarde dice que dicho juicio no sería por la declaración de inconstitucionalidad sino por el traslado de la jueza Mota, y más aun debería sorprendernos que el MPP, al que están históricamente vinculados Mujica, Huidobro y Semproni, emita un comunicado que tiene como punto tres "Denunciar el incumplimiento, por parte de la SCJ, de los procedimientos establecidos en la Constitución de la República en su art. 246 para el traslado de la jueza Mariana Mota. Resulta ineludible vincular dicho acto con la posterior declaración de inconstitucionalidad de los artículos 2 y 3 de la Ley 18.831."
   No se, como que todo está muy raro.

El mujiquismo y la Suprema Corte de Justicia

   ¿Será casualidad que el mujiquismo salta a defender los derechos humanos justo unas horas después de que la Suprema Corte haya declarado inconstitucional los primeros artículos del ICIR? A mi se me hace que no, pero no deja de ser un dato menor que el ICIR y los derechos humanos hayan estado históricamente tan vinculados.
   Recordemos la historia del ICIR, algunas lineas arriba hablaba del primer intento del Frente de eliminar la ley de caducidad, el intento frustrado por el presidente y su ladero, lo interesante es que el ICIR nace como uno de los tantos bolazos tirados por el presidente, pero este en una situación particular. Fiel a su estilo, cada vez que el presidente o su entorno hacen algunas medidas de corte fascista o represor también hacen algunos anuncios populistas para dejar tranquila a la "barra", se hizo cuando se anunció que se podría legalizar el porro y se hizo con el anuncio del ICIR una semana después de que el innombrable ladero presidencial negara la ley.
   Entonces, el MPP salió a defender, incluso con pautas en los medios con el claim "que paguen más los que tienen más", un impuesto ridículo que no combatiría la concentración sino que tan solo le daría al estado, tal como la venta del porro estatal, "algunos pesitos más", mucho menos de lo que se le regala a los capitales mediante la ley 16.906, llamada de inversiones.
   Pero el impuesto salió, aunque medio a las patadas, el astorismo se le opuso porque, a su entender, cambiaba las "reglas de juego"[5], y eso es feo, es caca. Y evidentemente, tal como pasó con el IRPF, saltó un grupo de perjudicados a acusar al impuesto de inconstitucional.
   Entonces, cuando la Suprema Corte de Justicia declara inconstitucional el impuesto tribunero, el mujiquismo queda pegado y el astorismo aprovecha para cobrarse todas las meadas que ha recibido tras el fiasco PLUNA y el mujiquismo, para no quedar pegado ante los votantes y militantes frenteamplistas, arremete contra la Corte, no por las razones que realmente lo molestan sino por otras que serán mejor vistas por la izquierda progre.

La concentración y la dialéctica

   Entonces, no deberíamos pensar en la concentración como la suma de las bondades, como la muestra irrefutable de que el pueblo exige verdad y justicia[6], como un acto de dignidad social en la que la izquierda defiende la vida, no, más bien deberíamos entenderlo como un acto partidario en el que confluyen varias necesidades políticas (la defensa del ICIR, la recuperación del protagonismo del Frente en temas sociales) con necesidades sociales (verdad y justicia, juicio y castigo).
   Pero eso no tiene por qué estar mal, los derechos humanos no son una condición natural, son una construcción simbólica que los humanos construimos en el combate de las ideas, la justicia social no es sino una necesidad construida por un bando en pos de darle dignidad y sentido histórico a la vida de los trabajadores y la moral es tan solo un conjunto de normas que a algunos les parecen bien, pero otros han de tener su propia moral.
   Y justamente sobre eso se trata la política, de la lucha por la hegemonía simbólica para generar el desarrollo material que nos parece mejor, la Declaración de los Derecos del Hombre y del Ciudadano, con su machismo y eurocentrismo, fue una política acotada al horizonte de expectativas de la época (lo que algunos llamaríamos condiciones subjetivas), lo mismo fue la Declaración Universal de Derechos Humanos que no surge sino como una negociación entre los dos bloques imperiales de la época (Estados Unidos y la URSS) y también son una discusión política acotada por las condiciones subjetivas nuestra defensa de los derechos humanos  la lucha por la justicia social.
   Entonces, nuestro rol en tanto sujetos históricos no debe ser defender los derechos humanos como una especie de derecho natural (en el que se basa Ignacio de Posadas para criticar la adopción de parte de parejas homosexuales) sino el de tomar a la historia por las astas y dar la batalla política por los cambios que nos parecen necesarios para el mejor desarrollo de la vida del ser humano.


[1] Me parece importante retomar la visión de Althusser sobre el estado, además de las instituciones públicas explícitamente estatales encargadas del ejercicio de la violencia en defensa del orden establecido existen también unos aparatos ideológicos del estado (semejantes a lo que Gramsci llamaba órganos de la hegemonía), instituciones en gran medida privadas que se encargan de imponer la ideología de las clases dominantes.
[2] La inducción muy incompleta que lleva a pensar que la suma de las voluntades individuales podría construir una voluntad popular me parece bastante ridícula.
[3] De hecho los tupamaros no fueron el sector con más presos, torturados o asesinados, ni siquiera fueron un factor importante en el golpe ya que la tecnocracia detrás de1 golpe veía, y con mucha razón, más peligro en el sindicalismo que en una banda de trasnochados armados siguiendo a Sendic (uno de los pocos tupamaros que alguna vez tuvo la capacidad de pensar en una política más allá de circunstancias particulares).
[4] Con algo parecido debe referirse al Tribunal Internacional de La Haya, el colegio de árbitros o el jurado de los premios Tabaré.
[5] Leyes de juego que también podrían ser llamadas "garantías de un estado con pretensiones de benefactor que como única forma de obtener recursos tiene al servilismo a los intereses del capital".
[6] Cosa que de hecho parece no ser cierta.

viernes, 22 de febrero de 2013

El ángel de la Historia y la Filosofía de la praxis


El ángel de la historia y el pasado reciente
   Allá por los años ´50, Theodor Adorno entendía imposible la poesía después de Auschwitz, "es un acto de Barbarie" decía[1]. Años antes y en sintonía con su maestro, Walter Benjamin nos hablaba en términos semejantes de la historia:

Paul Klee, Ángelus Novus
   Hay un cuadro de Klee que se titula Ángelus Novus. Se ve en él a un Ángel al parecer en el momento de alejarse de algo sobre lo cual clava su mirada. Tiene los ojos desencajado, la boca abierta y las alas tendidas. El ángel de la Historia debe tener ese aspecto. Su cara está vuelta hacia el pasado. En lo que para nosotros aparece como una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única, que acumula sin cesar ruina sobre ruina y se las arroja a sus pies. El ángel quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero una tormenta desciende del Paraíso y se arremolina en sus alas y es tan fuerte que el ángel no puede plegarlas… Esta tempestad lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro, al cual vuelve las espaldas mientras el cúmulo de ruinas sube ante él hacia el cielo. Tal tempestad es lo que llamamos progreso.[2]

   La catástrofe es inefable, no podemos entenderla y por lo tanto somos incapaces de aprender algo de ella, solo podemos movernos irremediablemente hacia el progreso. Por eso, los uruguayos no somos capaces de elaborar una filosofía política del terrorismo de estado[3].
   En el umbral de la llamada "recuperación democrática", la izquierda organizada y las organizaciones sociales comenzaron su proyecto de análisis sobre los años del terrorismo de estado. El proceso fue arduo y doloroso ya que salieron a la luz más de quince años de atrocidades, nuestro Auswichtz, nuestra catástrofe. Entonces la izquierda, como el Ángelus Novus, intenta despertar a los muertos y recomponer lo despedazado, pero no puede hacerlo ya que el progreso la obliga a ir hacia adelante, hacia logros tangibles, hacia la realización progresista a la que llamamos triunfo electoral. Esa tempestad llamada progreso no le permite plegar sus alas, por ello, el ángel no puede levantar vuelo para ver el pasado, solo ve la catástrofe, esa cosa amorfa e inexplicable, ese acontecimiento único, sin causalidad alguna.
   Quizás por eso la izquierda se abocó a la consolidación de la democracia, a la defensa acérrima de los derechos humanos[4], a la construcción de un estado de cosas que haga irrepetible la catástrofe, estado de cosas que solo podía construirse a partir de ese progreso, esa tempestad. Pero el ángel no puede volar, la propia tempestad que lo impulsa hacia adelante no se lo permite, por eso no puede ver más que la catástrofe amorfa, sin causalidad posible, por eso no puede evitar la catástrofe, porque no la entiende.
   Así, nuestras expectativas posterrorismo se vieron definidas en gran parte por la incapacidad del ángel de ver hacia atrás, de entender la cadena de acontecimientos, la causalidad histórica de la catástrofe.

La causalidad de la historia y el pasado reciente
   El panorama previo al terrorismo de estado era bastante complejo, existía una lucha interna en la clase dominante entre el viejo modelo batllista eminentemente político y en decadencia y el nuevo modelo tecnocrático monetarista en lento ascenso en todo el mundo.
   Pero a su vez, la clase dominante tenía un enemigo externo bastante peligroso, los movimientos revolucionarios[5] de izquierda, más que nada urbanos y de acumulación de fuerzas, el Partido Comunista, el Partido Socialista y la CNT entre muchos otros. La respuesta histórica de la derecha a estos fenómenos era muy simple, las políticas batllistas[6] tenían la capacidad de evitar la acumulación de fuerzas mediante la desmovilización de una clase media conformista formada en base a los recursos del estado y el fomento a una actividad industrial autóctona, de esta forma, la pobreza y la explotación no desaparecían, pero la mayoría de la clase trabajadora mantenía niveles de confort verdaderamente desmovilizantes. Pero estas políticas tenían un problema, en el largo plazo trancaban el crecimiento y la acumulación.
   La respuesta a estos problemas de crecimiento la trajo la escuela austríaca, ellos vieron que mediante la financierización de la economía y la monetarización de la economía política se generaban recursos nuevos sin necesidad de grandes inversiones, así el proceso de acumulación se aceleraba sin necesidad de dar concesiones a los trabajadores. Pero el financierismo monetarista generaba un nuevo imperativo, era primordial controlar la inflación que, en un panorama de sueldos altos, se disparaba al menor tambaleo, por eso el estado asume el control de los salarios privados y la reducción del gasto público como forma de controlar la inflación. De este modo, las fuerzas de la izquierda asumieron una posición más combativa a la que el estado tecnocrático respondió de un modo que el estado batllista difícilmente hubiera usado, la represión sistemática y directa de parte de los aparatos represivos[7].
   Esta violencia explícita de parte del estado, más la desgracia del estatismo postbatllista, fueron un empuje para la acumulación de fuerzas y la clave para entender la formación del Frente Amplio en tanto coalición de las fuerzas de izquierda y los últimos resabios de batllismo progresista.
   Así, ante la posibilidad real de que un gobierno que estuviera integrado por las fuerzas revolucionarias de izquierda, y ante las nuevas reformas necesarias para aumentar la acumulación capitalista, reformas que iban a ser rechazadas electoralmente por el grueso de la población y que luego fueron nombradas como neoliberales, el estado tecnocrático debe recurrir a métodos extremos, métodos recomendados por las mismas instituciones que habían fortalecido el monetarismo en América Latina. Básicamente, para poder instaurar el monetarismo como única forma de gestión macroeconómica y que necesariamente exigiría de políticas neoliberales[8], era necesario que estas prácticas no pudieran ser puestas en duda electoralmente, era necesario imponerlas a fuerza de terrorismo de estado y dictadura cívico-militar.

Filosofía de la praxis y pasado reciente
   Entonces, once años después del golpe de estado y más de quince desde el comienzo del terrorismo de estado, la izquierda se abocó a su reconstrucción. Tal como el Ángelus Novus debía "despertar a los muertos y recomponer lo despedazado", esto es, liberar a los compañeros presos, repatriar a los exiliados, averiguar qué sucedió con los muertos y recomponer su ideología. Pero la tempestad arrastra a la izquierda hacia el progreso, la obliga a avanzar hacia el gobierno nacional y, por más que no pueda dejar de mirar hacia atrás y rememorar sus viejas glorias y agonías, no puede volver sobre ellas, no puede pensar su pasado porque, al no poder levantar vuelo, lo único que ve es la catástrofe.
   Así, la izquierda uruguaya hoy solo sabe recordar a sus muertos, conmemorar la catástrofe, pero no puede entender la serie de hechos que la desencadenó, no puede poner en duda los imperativos que ella ha instalado en todos nosotros[9] porque no puede entender su relación con la catástrofe.


[1] Prismas, la crítica de la cultura y la sociedad (1951).
[2] "Tesis IX" en Tesis sobre la filosofía de la historia (1940).
[3] No se me ocurre una forma mejor de nombrar lo que sucedió entre los colegiados blancos y el fin de la dictadura cívico militar.
[4] No creo pertinente discutir aquí sobre la construcción burguesa de los derechos humanos, en todo caso creo que se puede estar de acuerdo en que hay ciertas cosas que deberían ser imperativos morales universales, por más que no le guste a la crítica de la moral.
[5] Uso este término con amplitud, en estas condiciones considero revolucionario a cualquier movimiento que planteara un cambio radical en la estructura de la sociedad, sea este por la fuerza o no.
[6] Es imposible negarle a Batlle y Ordóñez su visión, a principios del siglo XX, hizo lo que Keynes y Roosevelt harían unos veinte años después.
[7] El MLN fue un factor marginal en las políticas represivas, el grueso de las prácticas del terrorismo de estado fueron orientadas a movimientos no armados como el PCU, el PVP, los GAU o el sindicalismo.
[8] De hecho, una vez que aceptamos los postulados del monetarismo y que entendemos el control de la inflación y el crecimiento del PBI como únicos objetivos de la Economía Política, el neoliberalismo, o sus diferentes moderaciones, es la única forma de lograr el éxito económico.
[9] Sean estos el monetarismo, el crecimiento económico, la democracia burguesa representativa y massmediática, la propiedad privada o cualquier otro.